viernes, 16 de marzo de 2012

Mahabalipuram


 
Hola a todos!
 
Y después del fresquito de Hogenakkal, vuelta al infierno. Bienvenidos a Mahabalipuram, pequeñísimo pueblo de la costa Este de la India. Cogí un autobús desde un pueblito cercano a las cascadas de Honegakkal, de nombre Dharmapuri, a las 21h que me dejaba en Mahabalipuram a las 5 de la mañana. Un autobús del govierno, en el que lógicamente no pegué ojo en toda la noche. Cuando el bus me dejó en Mahabalipuram no entendí nada de lo que pasaba. Me dejó en medio de una carretera, no había gente, no había rickshaws (lo más extraño), y no había pueblo. Así que tomé una calle larga y oscura y empecé a andar. Cuando encontré un señor que abría su kioskillo me explicó que me habían dejado en la parada de bus secundária, pero que la principal estaba a 10 minutos, y con toda su buena fe, me invito a un chai calentito que me sentó de maravilla. Empecé a caminar hasta que encontré la estacion de buses principal, que se encontraba en medio del pueblo. Una vez alí andé hacia el Sud porque quería uncontrar un albergue muy baratiito a las afueras que salía en la guía. Cuando llegué al barrio donde estaba el albergue, había un montón de perros locos, que cuando te dabas la vuelta se te tiraban a morderte las piernas. Un señor que se iba a trabajar me recomendó un hotel igual de barato y más céntrico y me invitó a salir del barrio explicandome que los perros habían mordido a más de un turista. Al fin, encontré un buen alojamiento, a primera línea de mar, en medio de todas las tiendas y restaurantes. Perfecto, pero se me había quitado el sueño, ya había amanecido, así que cuando caí rendido en la cama aproveché toda la mañana y parte de la tarde para descansar. Igualmente, era mi último destino en el Sur de la India, y me quedaban 3 días libres para descansar antes de volar a Mumbai. Cuando desperté por la tarde fui a pasear a la playa, donde pude disfrutar de la vida de los pescadores, un largo paseo, y una bonita puesta de sol, pero esta vez por tierra, ya que he cambiado de costa. Y después del largo paseo, a disfrutar de la gastronomía India. Encontré un buen restaurante de pescado a primera linea de playa, donde nada más entrar había una mesa con la exposición de peces pescados en el día. Todos diferentes, todos frescos... ¡que pinta! Elegí un pescado de tamaño medio, que pintaba muy bien, y pedí que me lo preparan con una envoltura de masala y braseado en una especie de wook gigante. Estaba riquísimo y además la compañía se hizo agradable cuando conocí a Silvant, un chico francés que acababa de llegar de las Islas Andamán y se dirigía a Kerala para hacer un curso de meditación en un ashram. Estuvimos charlando sobre viajes, bebiendo cerveza, compartiendo risas,... Siempre se agradece compartir buenos momentos con otros viajeros. A las 12 de la noche, nos dimos cuenta que no había luces en la calle, todo estaba cerrado, y era hora de ir a dormir.

Al día siguiente me decidía a visitar un poco el pueblo, pero con calma, que es pequeño y tengo muchos días. Me desperté más bien tarde, desayuné con calma, hice mi primera visita para dar los buenos días al mar, y empecé a caminar en dirección al parque del pueblo. La verdad es que es lo que más me ha gustado aquí. Se trata de un parque rocoso, pero tambien con vegetación, donde hace miles de años se excavaron cuevas, templos, estatuas y monumentos a los diferentes dioses del hinduísmo. La verdad es que están muy bien conservados, y se puede perder uno la mañana viendo las diferentes tallas en roca. Entre cuevas y monumentos, se alza un enorme faro de mar, lo que indica, que alguna vez el mar cubrió todo el pueblo, ya que el parque se encuentra en el extremo más interior de Mahabalipuram. Y una de las cosas más graciosas del parque fue la bola de mantequilla, un enorme pedrusco que mantiene el equilibrio en una pendiente del parque, donde la gente descansa a su sombra y hace fotos divertidas con la extraña situación de la roca. Os dejo una foto a ver si os da la sensación de miedo que da en realidad ya que parece que vaya a salir rodando.

Por la tarde, de vuelta al pueblo, me encontré con Silvant, que me recomendó ir al terrado de su hotel, ya que iba a empezar un concierto de música en vivo. Fué divertidísimo y curioso a la vez ver como un grupo de musicos indios tocaban una mezcla entre rock, jazz, y country. Además, parece ser que toda la gente joven había asistido y conocí gente de todos los países, bueno, casi todos franceses, porque como esta zona fue en su día  parte de Francia, parece que lo mantienen como el sitio favorito para hacer turismo. También conocí a Mariano (argentino residente en Barcelona) y Oscar (de Barcelona), dos chicos muy divertidos con los que pasé el resto de mi tiempo en Mahabalipuram. Por cierto, os dejo una foto de un restaurante cuyo nombre me pareció divertido, aunque Mariano comió allí y me dijoq ue la comida era horrorosa.

Al día siguiente, mi último día, salimos de excursión los tres. Volvía a visitar el parque con ellos, y fuimos a ver los 5 rathas. Se trata de 5 enormes monumentos tallados en roca de granito. Lo que impresiona de estos monumentos es su edad y que estan tallados cada uno en una sola roca. ¿Como podían tallar algo tan grande y con tantos detalles sin equivocarse? Es lo que se pregunta todo el mundo al verlo. Además el granito no sufre demasiado la erosión, así que se mantienen muy bien.

Después fuimos a visitar el templo de la orilla, un templo esculpido a primerísima línea de mar. Se dice que es el único que se mantiene, de una cadena de templos que seguían la costa oriental de la India, y que los demás están sumergidos bajo el agua. Parece ser que el Tsunami de 2004 arrasó toda esta zona de la India, y que con su fuerza trajo a la costa piezas de los otros templos. Bueno, no os había hablado del tsunami, pero aquí se dice que destrozó el pueblo. Es por eso que la mayoría de hoteles son seminuevos. Cuando uno pasea por Mahabalipuram e imagina el pueblo cubierto por una enorme ola... Parece imposible.

Por la noche fuimos a otro concierto de música, pero esta vez en mi hotel. Cuando el concierto terminó, los músicos me permitieron tocar su guitarra, y Mariano me acompañó con la voz. La gente se quedaba sorprendida por los nuevos sonidos flamencos que llegaban de España. Les gustó mucho como cantabamos y tocabamos coniones como Noches de Bohemia, Los Chichos o Camarón. Fue divertido.

Cuando acabó el concierto, desde el terrado se escuchaba música techno en la playa. Al pensar que era una fiesta, nos dejamos guiar por nuestro oído, y para allí que fuimos. Al llegar nos encontramos con un hotel de 5 estrellas en la playa, donde se celebraba una boda de una familía de mucho dinero. Los jovenes vestían ropa occidental, todos estaban borrachísimos, y bailaban sobre una pista de baile en medio de la playa. El problema fue que había un sistema de seguridad que rodeaba la discoteca y no nos dejaban entrar. Así que decidimos bailar en la playa cerca de la fiesta, esperando que alguien nos colara. Como los seguratas eran muy estrictos y nadie podía colarnos, los invitados decidieron sacarnos bebidas y venir a bailar con nosotros. Fiesta alternativa en la playa,

Por la mañana me despierto a las 5, tomo el bus de las 6 hacia el aeropuerto. Mi avión sale de Chennai a las 8.50h y llega a Mumbai a las 10.45h, donde volveré a encontrarme con Dhwani para pasar 5 días con ella. Atrás dejo los increíbles recuerdos del Sur de la India, y después de los 5 días de kit kat en Mumbai empezaré mi ruta por el Norte. Estoy impaciente por saber como será, pero ahora toca sesión de Dhwani. Se que ella me acogerá muy bien y pasaré buenos momentos en Mumbai.

Un beso a todos. Os quiero








1 comentario:

  1. Yo quiero ir a una fiesta de esas en la playa!! jajajaj seguro q te lo pasaste genial!! ;) q grande tokando la guitarra y q alguien te acompañe cn su voz...me ubiera gustado escucharlo!! un besazo enorme!! ;)

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