Adios India, Namaste Nepal

 

Hola a todos!

Ya estoy en Nepal. Me despedí de Varanasi a las 23.20h en un tren nocturno que llegó a Gorakpur a las 9.30h. El viaje al principio se hizo algo duro, porque me forma de viajar hace las cosas un poco difíciles, pero a mi me gusta más así. Os explico. Índia contiene mil doscientos millones de personas y justo ahora estamos en época de vacaciones en la que los indios aprovechan para celebrar sus bodas antes de que llegue el monzón. Supongo que con estos datos podéis imaginar como van los trenes de llenos. Por este motivo se recomienda reservar ticket en una agencia para asegurarte una cama en el tren nocturno. Para mi, reservar es sinónimo de atadura, ya que te obliga a cumplir con el día y la hora de la reserva para viajar. Yo, cuando llego a un lugar, nunca se ni el dia ni la hora en que me iré, así que nunca reservo billete. Que es lo que pasa, que al comprar el billete en el momento siempre me dan clase general. La clase general en India son vagones donde no está limitada la capacidad, por lo que siempre va lleno hasta los topes. Pero no lleno como en España no, en clase general india vas en el suelo, si es que cabes, porque la mayoría de las veces hay tanta gente que hay que ir de pie y apretados como sardinas en lata. ¿Entonces que hago? Yo siempre compro mi ticket de clase general y me cuelo en sleeper. Busco una cama libre, que casi nunca hay, y si no encuentro busco un hueco en el suelo entre vagón y vagón. Cuando encuentro al revisor le digo que me he equivocado, que soy turista y no entiendo nada, y que si me hace el favor de buscar una cama para mi, yo le pago la diferencia. Como en muchas ocasiones, me he encontrado que el tren iba lleno y no había cama para mi, así que no me queda otra que viajar en el suelo. Sí, es sucio e incomodo, pero es lo que tiene cuando uno quiere libertad de horarios. Conseguí dormirme encima de mi mochila, cuando a las 3 de la mañana el revisor me despierta diciendo que alguien ha dejado el tren y que por 50 rupias me da una cama. A partir de entonces el viaje se hace más llevadero. De todas formas me ha salido a menos de mitad de precio, pues he pagado 32 rupias por la clase general y 50 por la cama, cuando el ticket con reserva era de más de 200 rupias. Así que amigos, si quereis viajar económico y con libertad por la India, ahí va ese consejillo, eso sí, teneis que dejar en casa los escrúpulos, porque los suelos de los trenes indios no son muy agradables.

Llegué a Gorakpur por la mañana, justo en frente de la estación de trenes está la estación de buses. Así que después de tomar un chay calentito tomo el bus hacia la frontera, en un pueblo llamado Sunauli. El bus tardaría en llegar 3 horas más, el cansancio empieza a dejarme KO. Al llegar a Sunauli, me dejan en la estación de buses, y alguien me indica que a 5 minutos andando encontraré el paso fronterizo. Así fue, decenas de camiones cruzando la puerta de entrada tanto en dirección India como Nepal, decenas de soldados del ejercito Indio controlando la entrada, y justo antes de la puerta, una mesita con dos sillas bajo un cartel donde está escrito: Puesto de immigración de India. Al preguntar me dicen que al otro lado de la frontera solo acpetan dolares para pagar el visado, ni euros, ni rupias indias, ni rupias nepalíes. Así que cambié las rupias indias que me habían sobrado por 40 doles americanos y unas 2.400 rupias nepalíes para poder empezar mi viaje en Nepal. En el puesto de immigración India me sellaron la salida del país, justo el día en que caducaba, lo tenía todo calculado. Cruzo a pie la frontera y me dirijo al puesto de immigración Nepalí. Tras rellenar 2 formularios y pagar los 40 dolares americanos, ya soy legal en el país durante un mes. En el puesto de immigracion nepalí conocí una chica de Bilbao con la que intercambiamos información. Ella venía de Nepal y me informó sobre que hacer en el país, y yo le informé sobre sus destinos indios.

Una vez cruzada la frontera miles de preguntas vienen a mi cabeza, ya estoy en Nepal, pero no se donde ir, no he comprado una guía del país y no he planificado nada. Así que lo mejor que puedo hacer es sentarme con un chay en una mano y un cigarro en la otra, así pensaré mejor. Lo único que tengo claro es que hay tres sitios que me han recomendado visitar: la capital Kathmandú, Pokhara y sus trekking por los Himalayas, y algún parque nacional para ver animales salvajes. Así que me acerco a un lugar donde hay un mapa grande de Nepal. Kathmandú queda descartado porque mi vuelo saldrá desde allí con destino a España, así que lo dejo para el final. Como llevo demasiadas horas viajando me decido por el destino más cercano, y éste es el parque natural más conocido de Nepal, su nombre es Chitwan National Park. Me han dicho que allí es fácil ver todo tipo de animales, así que puede ser interesante. Además, como mis últimos días en India han sido en grandes ciudades, creo que me merezco un destino de naturaleza y tranquilidad. Pregunto a un señor como llegar allí y me dice que lo primero que tengo que hacer es dejar el puesto fronterizo para ir a la estación de buses. Como Nepal es un país de grandes montañas, no tienen red de trenes, y todo se hace en bus. Al preguntar como puedo dirigirme a la estación me señalan un jeep, donde hay como 20 personas dentro. El conductor pone mi mochila en el techo del jeep, y después de mi entran 3 personas más. Apretados como sardinas en lata, el jeep arranca dirección a la estación de buses. Por el camino paramos a recoger a 4 personas más, pero estos deben ir colgados del exterior del jeep, pues dentro no cabe ni un alfiler. El ejercito nos para para comprobar si hay algo extraño en ese jeep, pues no hay que olvidar que estamos a solo 500 mts de la frontera. Una vez en la estación compro el ticket del bus que me dejara en un pueblo llamado Naran Ghat, a 20 km del Parque Nacional. Allí tendré que buscarme la vida para llegar a otro pueblito llamado Sarauha, que se encuentra justo a la entrada del parque. Al llegar a Naran Ghat, un chico se me acerca a hablar, me dice que es de Pokhara, que ha venido a visitar a un amigo, pero que hasta mañana no ha quedado con el, y puede acompañarme a Chitwan si yo quiero. Dice no buscar dinero, que le gusta conocer turistas y pasar unos días con ellos. Su nombre es Kamal, y pienso que puede ser interesante viajar con una persona local. Así que confío en él, parece muy buen chico. Buscamos un jeep que nos lleve a Sauraha, y el conductor del jeep es el dueño de un hotel allí, así que después de negociar un buen precio y teniendo en cuanta que es tarde, aceptamos pasar una noche en su hotel. Si nos gusta nos quedaremos más días, si no cambiaremos de hotel. Al llegar descubrimos que se trata de un hotel precioso, está a las afueras del pueblo, como a unos 15 minutos andando, dentro de la jungla. El hotel está hecho de pequeñas cabañas en un prado verde, y además ofrece todos los servicios para visitar el parque. Yo ahora lo único que quiero es descansar, así que después de una rica cena, nos fuimos a dormir a la cabaña.

Bueno, pues parece que mi entrada a Nepal empieza con buen pie. Ahora tengo un sentimiento extraño, pues echo de menos la India como se echa de menos a un ser querido. Los Nepalíes tienen un aspecto físico diferente. Son morenos como los Indios, pero sus ojos son más orientales. Su comportamiento es totalmente diferente, ya que son gente más tranquila, no agobian al turista, simplemente saludan con una agradable sonrisa. Me hacen sentir agusto en su país, pero no puedo evitar desconectar del ambiente indio, el ruido, la suciedad,... Supongo que ya me iré acostumbrando, pues después de tres meses, parece ser que soy un poquito más indio que nunca. Pero por lo que parece, Nepal me acoge con los brazos abiertos. Ya os iré contando conforme pasen los días.

Quiero dar las gracias a todos los que me habéis seguido en este gran viaje por India. Espero que os haya gustado todo lo que os he contado y las fotos que os he enseñado. Espero que sigais con agrado mi estancia en Nepal, y que disfruteis tanto como lo hicistéis con India. Me han llegado felicitaciones porque hay gente realmente enganchada a mis historias. Yo os felicito a vosotros por tener alma viajera, por interesaros por mis aventuras, y por apoyarme tanto. Un abrazo fuerte a todos. Nos vemos en la selva, Chitwan National Park.