miércoles, 16 de enero de 2013

Jaipur


Hola a todos!

La Mochila Asiática vuelve a emprender su viaje, con nuevas ilusiones, nuevas experiencias por vivir, nuevos rincones del mundo por descubrir. Pero este viaje es algo especial, porque la Mochila Asiática no viaja sola, sino que otra mochila se ha unido a vivir aventuras. Es cierto que cuando explico mis experiencias y anecdotas sobre este increíble año de viaje, a casi todo el mundo se le pasa por la cabeza como sería unirse a la aventura. Incluso muchos llegan a pronunciar frases como "Si yo pudiera..." o "Un dia de estos...". Pero yo siempre he creido que quien quiere hacerlo lo hace, y el que no lo hace sueña con hacerlo, así que todo en sí es algo positivo, porque soñar es precioso y vivir más bonito aún. Pero entre todas las personas que podía imaginar caminando a mi lado, mi madre era una de las que menos me lo esperaba. Y la verdad es que nadie ha confiado en ella hasta última hora. Yo sabía de sus locas ganas por tener una experiencia mochilera, y más todavía si es en Asia y a mi lado, pero imaginaba que las ataduras sociales o familiares la harían acobardarse. Pero ella, valiente y convencida de su decisión, ha luchado contra todos los que intentaban tirar su ilusión a la basura, se ha enfrentado a muchos "No eres capaz" y se ha hecho la mochila para acompañarme durante 15 intensos días en un viaje de locas aventuras.

El destino es la segunda sorpresa, pues la Mochila Asiática repite país. Los que ya me conozcais ya sabeis cual fue el país que llenó mi corazón, del que siempre estaré locamente enamorado, y en el que he pensado siempre aunque haya estado viajando por otros países. Para mi la India es un amor platónico, al que nunca podre alcanzar por su complejidad, pero del cual me siento ardientemente enamorado y en el que pienso cada día si estoy en otros países. Así que esta vez no me lo he pensado. Mi madre siempre ha soñado con visitar la India, mi amigo Mariano se encuentra en el país y el 27 de Enero se celebra el Kumbh Mela, el festival hindú más importante que tiene ocasión cada doce años. Parece que todo indica que mi destino esta vez es, Incredible India (es el slogan de la publicidad turística del país).
 
Así que con las mochilas preparadas, dos billetes de ida y uno de vuelta, nos despedimos de la familia para tomar un vuelo a Delhi, haciendo antes una pequeña escala en Doha, Qatar, donde mi madre, a la que a partir de ahora llamare Maria, tuvo que aprender a cambiar de avión sin poder hablar ni una sola palabra, pues no tiene ni idea de ingles y a la vuelta viaja sola haciendo la misma escala en Doha.

Llegamos a Delhi a las tres de la noche, y como no teníamos ni sueño ni ganas de descansar, tomamos un rickshaw (tuk tuk) hasta la estación de tren más cercana para viajar a Jaipur. Delhi es una ciudad grande y fea, así que para quince dias que tiene Maria, mejor ver cosas bonitas. A Delhi ya volveremos cuando llegue el momento de comprar. Además Jaipur es una ciudad rajasthaní de la que me quedé con ganas la última vez, pues muchos viajeros me recomendaron no visitarla. Las dos impresiones más impactantes de María han sido la contaminación de Delhi al salir del aeropuerto, en la que cuenta que se quedó sin respiración unos segundos, y cuando entramos en el tren nocturno hacia Jaipur, ya que había gente durmiendo por el suelo, y era un tren que venía de un día entero de viaje, así que podeis imaginar que limpio no estaba. Además, empezamos el primer viaje con divertidas aventuras. Como a la hora de comprar el tiquet nos dijeron que no había camas para dormir, nos vendieron uno muy barato en la clase general. Estoy seguro que si este vagón es lo primero que ve Maria de la India, hubiera tomado el primer avión de vuelta. Así que decidí que nos colaríamos en la clase donde hay camas, y nos buscaríamos la vida. Guiados por un simpatico joven indio, encontramos un vagón con dos camas libres, así que nos tumbamos a descansar a la espera de que llegara el Titi (revisor de tiquets) Cuando llegó ya estabamos durmiendo, y nos despertó para hacernos pagar la diferencia de precio. ¿No era más fácil vendernos un tiquet en taquilla?
 
Mi sensación al volver a India fue de tranquilidad, de desahogo, de relax y felicidad. Deseaba enormemente volver a tener contacto con la población india, recibir su ayuda desinteresada y escuchar sus locas preguntas, volver a disfrutar de la vida en India. Además compartía estas experiencias con mi madre, que aprendía como era la sociedad del país, y comprobaba que todo lo que le había contado durante mi viaje en solitario era cierto. Poco a poco se adaptaba al nuevo mundo en el que acababa de entrar.


Una horas después del amanecer llegabamos a Jaipur. Puedo recordar a mi madre con la camara en la mano, haciendo fotos a todo aquello que se movia, y a lo que no también. Estuvo a punto de ser atropellada por varios rickshaws, pero estoy seguro que hubiera forografiado la matricula. Como estaba en su estado de shock de recién llegada la dejé que disfrutara mientras ibamos de camino a encontrar un rickshaw que nos acercara a la zona de hoteles. El primer hotel que visitamos nos pareció bueno, así que decidimos instalarnos allí. Y una vez descargamos las mochilas era hora de visitar la ciudad, pero para que Maria se fuese adaptando al tráfico, al ruido, a los animales, a la superpoblación, lo haríamos a pie. Lo que no sabía es que María se adaptaría tan bien a una ciudad tan loca como Jaipur. Si yo hubiera hecho todas las fotos que ella hacía mientras caminabamos hubiera acabado atropellado por una vaca. Jaipur es una lugar bullicioso, ruidoso, sucio, superpoblado, una verdadera locura, pero a la vez muy divertido.

Nos dirijimos al centro en busca de la ciudad rosa. Después de cerca de una hora andando entre un trafico caotico nos dimos cuenta que estabamos en una de las entradas de la ciudad antigua, pues frente a nosotros se presentaba una solida fortificación de color salmón, con fromas y dibujos al más puro estilo rajasthaní y una gran puerta donde circulaban todo tipo de vehículos, personas y animales entrando y saliendo de la ciudad. Una vez .dentro nos encontramos con un gran mercado en el que curiosear. Callejeando y visitando tiendas fuimos conociendo los productos típicos de la ciudad, así como sus precios y la forma de negociar. Entre tienda y tienda llegó la hora de comer, así que entramos en un restaurante puramente indio vegetariano donde degustaríamos nuestra primera comida india. Como no podía ser de otra manera, invité a Maria a probar un delicioso thali, pues es la comida más característica de la India. Para ser la primera vez se atrevió a comer con las manos, eso sí, la dosis de picante fue superior a sus ganas de comer, y con la boca en llamas dejó hueco para la cena.

Después de comer nos entró la morriña de los días dias que llevabamos casi sin dormir, así que decidimos darle un poco de vidilla al asunto, y andamos dirección al centro arquitectónico de la ciudad rosa. Nuestra intención era ver el palacio de la ciudad, el palacio de los vientos y el observatorio astrológico, pero de repente, y como suele pasar en India, todo dió un vuelco inesperado. Un simpático florero nos regaló flores para darnos la bienvenida al país, nos invitó a tomar chai (té indio) y nos dió conversación, risas y cachondeo durante un buen rato. Después, un amable chico que tanbién se interesó por nuestra visita a su país, nos aconsejó una ruta un poco menos turística. ¿Por que no? Nos lanzamos a la aventura.

Tras tomar un rickshaw nos dirigimos al pueblo de los elefantes. Se trata de un pequeño barrio de la ciudad donde hay un establo donde viven los elefantes que trabajan llevando turistas al fuerte de Amber. Y por la tarde vienen aquí a descansar y a comer. Pudimos jugar con ellos, tocarlos, fotografiarlos, y ver como viven en sus horas libres de trabajo. Después fuimos a visitar a un fabricante de telas, que nos enseñó su negocio y después tuvimos que tragar con la exposición de producto, aunque no fue tan pesado pues tenía cosas bonitas. Después, Maria quiso ver una tienda donde le enseñaran las especias típicas de la India, y nos mostraron todos los tipos de té y especias que se producen en el país. El problema de estos lugares es que al final te sientes como un ratoncillo atrapado frente al acoso del vendedor, pero la infromación que te dan es interesante. El último punto del día fue el templo de Ganesh, en el que tuvimos que subir infinitas escaleras antes de llegar al él, situado en la cima de un monte. El duro ascenso mereció la pena, pues desde arriba se veía toda la ciudad, y pudimos conversar un poco sobre hinduísmo y el dios Ganesh.

Y por si aún no habíamos tenido suficiente, volvimos al hotel andando, tras una hora y media de caminata, descubriendo los lugares más oscuros de Jaipur. Para la cena, un plato de pakoras (verduras rebozadas con especias) y un arroz con huevo al curry fue mas que suficiente para dejarnos sonámbulos antes de meternos en nuestra más que merecida cama. El ruido de Jaipur no cesó en toda la noche, combinando la bocina del tren con un señor muy trabajador que hacía obras de albañileria por la noche.

Al día siguiente nos despertamos como nuevos, y solo nos faltó un desayuno a base de dulces para recuperar la energía necesaria para pasar el nuevo día. Tomamos un autobús cerca del hotel que nos llevaría al fuerte de Amber, a unos diez kilómetros a las afueras de Jaipur. Cuando llegamos al aparcamiento del hotel su imperiosa elegancia nos dejó impresionados. Un compacto fuerte levantado entre dos altas montañas hacía de base a una larga muralla que subía y bajaba los montes como si no hubiera costado construirla. Delante del fuerte un lago por el que subía una inclinada escalera para el acceso de personas y una gran cuesta para el acceso de los elefantes. Nosotros decidimos subir a pie, pues a ninguno de los dos nos gusta el trato laboral que reciben estos simpaticos animalillos.

Una vez arriba descubrimos la belleza del interior del palacio, sus grandes alcobas, sus detalladas ventanas esculpidas de mármol, sus minuciosas pinturas en las puertas de los habitáculos y los preciosos arcos con formas de la antigua India. Uno puede sentir la grandeza de un Maharaja visitando este enorme palacio, construido con los mejores materiales y dedicando todo el ingenio para conseguir el diseño más elegante. Desde sus terrazas, las imponentes vistas del entorno. Varias montañas amuralladas, el lago del que se proveia de agua el palacio, los elefantes subiendo a turistas hasta la puerta principal.

Cuando acabamos la visita y ya estabamos decididos a irnos, un amable señor nos recomendó visitar el templo principal de la ciudad, dedicado a la hija de un maharaja que rechazó casarse con ningún pretendiente ya que decía estar casada con el dios Krishna y bebió veneno sin morir para demostrar su afirmación.
 
Ya de vuelta a la ciudad hicimos una última parada en mitad del camino, en un lugar precioso donde se encuentra el Palacio del Agua, que es un palacio en medio de un lago al que solo se puede acceder con cona barquita. Disfrutamos de las vistas, y seguimos nuestra ruta de vuelta a la Ciudad Rosa. Dijimos al conductor del autobés que nos parase en el Palacio de los vientos, del cual queríamos ver su imponente fachada. Se le llama el Palacio de los Vientos porque fue diseñado de forma que el viento entra por las inclinadas ventanas aireando los habitáculos de forma natural. Después estuvimos visitando las tiendas de la zona y para terminar con Jaipur visitamos el Templo Principal de la ciudad. Se trata de un gran espacio justo en frente del Palacio de la Ciudad, para que el maharaja pueda venir cuando quiera, y donde se estaba realizando una puja (oración), Nos unimos a la ceremonia para ver como la devoción de los fieles los hace arrodillarse, tirarse al suelo, realizar ofredas florales o alimentarias, canticos, musica con panderetas... Todo un espectáculo de  religión hindú al que asistimos con muchísimo respeto y del que pudimos disfrutar desde dentro.
 .
Ahora solo nos quedaba ir a buscar las mochilas y comprar un billete de tren dirección Ajmer. Otra vez tuvimos que comprar el billete en clase general, pero por mala suerte, al colarnos en la clase de las camas, esta vez la encontramos llena, así que decidimos viajar en el suelo, en un hueco entre vagón y vagón. Ahí viajamos entretenidos pues todo el que pasaba quería hablar con nosotros. Para María era su primera vez viajando en el suelo de un tren, preguntadle como le fue, yo la vi muy contenta. Y ahora os dejamos que tenemos un viaje que hacer. Nos vemos en nuestro próximo destino, Pushkar.
 












6 comentarios:

  1. Hola guapeton k siga tua ganas de vivir y experimentar y ademascon tu madre k k seguro k te dara muchissima fuerza y ella podra sentir mas lo k tu estas viviendo
    Un besazo a los dos muuuuaaaa

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  2. Bueno veo que te esta sirbiendo de mucho esta experencia tan deseada
    yo tambien estoy disfrutando con buestros relatos y fotografias.

    Aquí nosotros te echamos mucho de menos sobre todo yo que aunque nos veamos solo los viernes el saber que estas tan lejos hace que me acuerde mucho mas de ti
    Se que el llamar por teléfono sale muy caro pero me gustaría que pudieras llamadme aunque solo sea una vez

    Bueno Carlos a ti decir te que me alegra que sigas con tu aventura disfrutándola,pero aunque me ponga pesada deberías poner una fecha de retorno definitiva pero bueno tu sabrás hasta donde quieres llegar. Seguir pasándolo bien y volver pronto

    Os quiero

    Mely

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  3. ja ja por fin lo e conseguido llevaba días queriendo mandar un mensaje pero como siempre no sabia hacedlo bien

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  4. Que rabia,,, me a dicho el Miguel que me has llamado esta mañana,estaba comprando en el mercadona y no lo e oido.

    Bueno e perdido mi oportunidad me a dicho Migel que si fuese ppor ti te quedarias unos dias mas, ni se te ocurra que con dos semanas ya esta bien


    Bueno teerminar de pasarlo bien

    os quiero

    besos


    Mely

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  5. Hola guapa y guapo

    Mari ya te di de baja a la tarjeta del móvil, cuando tu vengas solo tienes que ir a una tienda de movistar y pedir un duplicado.

    El sábado estuve chateando con Carlos bueno supongo que te lo habrá dicho

    No habéis escrito nada mas en el bloc claro lo mismo no tenéis tiempo de tanto viaje o a lo mejor soy yo que como soy tan torpe no e sabido mirarlo, pero para eso llega ya mismo el viernes para que sigas contándome tu aventura.

    E estado viendo las fotos que habéis colgado son muy guapas, tendrás que guardadlas como oro en paño.

    Bueno guapa nos vemos el viernes y a ti Carlos espero verte pronto que te siga yendo muy bien y que disfrutes todo lo que puedas

    Besos a los dos

    os quiero


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  6. Hola que interesante todo de la india

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