Hola a todos!
En el último post acabé anunciando mi próximo destino, Bikaner. Bueno, pues tengo que especificar un poco, pues me dijeron que Bikaner es una ciudad poco interesante y he visitado un pueblo cercano llamdo Deshnok. Parece ser que lo más interesante de Bikaner es su fuerte, y como ya habrés visto en posts anteriores, ya he visitado muchos fuertes en todos los pueblos del Rajasthan, así que el de Bikaner, por ser el último, me lo voy a saltar. Bueno, pues ahí va mi historia en Deshnok.
Llegué con el tren desde Jaisalmer a las 4 de la mañana, una hora tranquila para buscar alojamiento. Ya que no iba a visitar la ciudad decidí alojarme en un hotel cercano a la estación de trenes, lo que me facilitaría las cosas para marcharme ese mismo día por la tarde. Dormí unas horitas, y a media mañana tomé un desyuno y decidí ir a buscar un ticket de tren para la tarde hacia Amritsar. Al llegar a la estación me dijeron que el único tren salía de noche y estaba lleno, así que debía esperar dos días en Bikaner para viajar a Amritsar. Como no me gustó la idea de pasar dos días allí, ya que tenia bajas expectativas sobre la ciudad, pregunté hacia donde podía partir ese mismo día. Entre todos los destinos el que me pareció más inteligente fue Delhi, bueno inteligente o.... no se, mi intuición me hizo decidirme, aunque no con muchas ganas de quedarme en la ciudad. Delhi se encuentra en el centro de muchos lugares que podría visitar, así que ya pensaré donde quiero ir en mis 12 horas de tren. Compré el ticket y fui a buscar el autobús que me llevaría a Deshnok.
Al llegar a Deshnok quedé impresionado. Es un minúsculo pueblo donde no se veían a penas pueblerinos, pero si cientos de turistas indios que se adentraban en una sola calle llena de tenderetes y chiringuitos de venta de artículos religiosos. Todos compraban ofrendas, entre ellas flores, velas, aunque la ofrenda más común eran semillas y cocos. Y os preguntaréis porque venden ofrendas en forma de comida... Porque esta vez los dioses a los que visitaríamos en el templo de Shri Karni Mata, serían unos dioses un tanto especiales. Os explico la história. Según la leyenda, los niños de una de las castas de la religión hindú, al morir se reencanrnan en ratas. Y sí, estos son los dioses que habitan en el templo y a los que muchísima gente hindú viene a adorar. Bienvenidos a Shri Karni Mata, también conocido como el templo de las ratas sagradas.
Después de pasear por la calle de los tenderetes, donde también se ofrece comida, bebida y algunos souvenirs del lugar (peluches de ratitas), llegué a la entrada del templo. Como en todos los templos, existe un lugar donde guardan tus zapatos, ya que en ningún templo hindú está permitido entrar con calzado. Claro, que al ser el único templo de la India habitado por ratas, el momento de dejar los zapatos hace que tu mente imagine lo que encontrarás dentro, ya que las ratas, como todos los animales, no tienen un lugar concreto donde hacer sus necesidades. Bueno, intento quitar todos esos repugnantes pensamientos de mi cabeza y me dirijo a la entrada. Una puerta preciosa, tallada con figuras de algunos dioses y ratas talladas por todas partes. En lo alto de la entrada el tridente de Shiva presidiendo el templo. Mis primeros pasos en el interior fueron de aversión, cientos de ratas arrinconadas en el templo mientras los fieles entreban en decenas a llevar sus ofrendas y rezar tanto a las ratitas como a las estatuas de los dioses. De vez en cuando alguna rata valiente correteaba entre los pies de los turistas, por lo que fui con muchísimo cuidado, ya que pisar una rata podría traerme grandes problemas, recordad que son niños reencarnados. En las esquinas del templo, grandes cuencos de leche alimentan a centenares de estos animalitos, además de todas las semillas que los fieles esparcen por el suelo y los cocos que se ofrecen a estos dioses. En el centro del templo, varios señores se dedican a cortar los cocos y hacer trocitos pequeños para que las ratas puedan comerlos sin problemas.
Caminar por el templo se hace desagradable. Las mayoría de las ratas dan muestra de sus enfermedades a través de problemas en la piel. Además, cada dos pasos encuentras alguna rata que murió y aún no fue retirada del templo. El suelo se pega en los pies a causa de la mezcla de orin y semillas, y el olor es realmente desagradable. Pero resulta interesante ver como los fieles buscan lugares donde encontrar la mayor concentración de ratas en alguna esquina del templo, como rezan ante ellas en silencio, como las tratan como verdaderos dioses.
Otra leyenda cuenta que un antiguo rey fue víctima de una maldición junto a todo su pueblo, y estos fueron convertidos en ratas. Para diferenciar al rey del resto de la población, éste fue convertido en una rata blanca, mientras el resto fueron convertidos en ratas negras. Pues creo que fui afortunado, ya que dicen que esto que voy a contar no pasa cada día. Ví como montones de hindúes corrian y se amontonaban en una esquina en el patio del templo. Al acercarme a curiosear, solo vi un montón de ratas. A los pocos segundos, apareció desde un agujero una rata blanca, por lo que todos los fieles se arrodillaron y empezaron a rezar en voz alta. Claro estaba que nos encontrabamos ante el rey de los dioses rata.
Después de visitar el templo de Deshnok, volví a Bikaner. Ya no me quedaba tiempo para nada más que ir a buscar mis cosas al hotel y dirigirme a las estación de trenes a esperar mi tren de las 17.30h que me llevaría a Delhi. Bueno, quiero contaros algo acerca de mi viaje en el tren, ya que me parece una anecdota divertida. Al entrar en el tren, busqé mi litera, acomodé mi mochila y cogí la guía para decidir cual sería mi destino, pues tenía claro que en Delhi no me quedaría pues no me apetecía una gran ciudad después del ajetreo del Rajasthan, lo que quería era algo tranquilo. Bueno, pues mientras leía la guía, conocí a mis compañeros de litera, tres chicos de la casta del tercer sexo. ¿Que es la casta del tercer sexo? En occidente los llamaríamos gays. En India, se trata de una casta aparte, protegida por los dioses, pero a la vez marginada por la sociedad. Estos chicos se visten de mujer, la mayoría de ellos con Saris, y su única forma de sobrevivir es pedir limosnas, ya que es una casta que tiene prohibido trabajar. También se les utiliza como diversión en bodas y ceremonias importantes, para que bailen y diviertan a los invitados. Su forma de pedir limosna es viajar en trenes, dando palma con la mano para llamar la atención, y amenzando al resto de la población con tocarles si no les dan una moneda. Mucha gente les da dinero, ya que ser tocado por una persona de la casta del tercer sexo es algo de muy mala suerte. Bueno, pues estos chicos estaban viajando conmigo, pero no trabajaban, es decir, que no pedían, parece ser que simplemente se dirigian a algún lugar de la India. Pues al rato de viajar con ellos, uno se me acercó para preguntarme sobre el piercing del labio. Como suelen ser personas marginales, su nivel de inglés era pésimo y me costaba muchísimo antenderle, así que el chico, entre algunas palabras y gestos, me preguntaba si quería tener sexo con él en el baño. No quise reirme para no faltarle al respeto, no me enfadé porque comprendo que entre indios es difícil encontrar algo así y por eso preguntaban a los turistas, pero su proposición me resultó tan directa que no sabía como explicarle que no me gustaban los hombres. Con algo que entendía de inglés y un poquito de paciencia, quise hacerle entender el por que no me iba al baño con él. Al entenderlo lo aceptó y respetó, por lo que tuvimos un viaje agradable con bromas y risas. Esto me hace pensar que en la India cada día se aprende algo. Hablando se entiende la gente, solo se necesita paciencia y ser capaz de ponerte en la piel de otra persona, por desconocido u extraño que te parezca. Y creo que este chico se merecía que alguien le diera una explicación y le tratara como un ser humano más, ya que la discriminación que sufren en su país les hace seres infelices. Supongo que de esta experiencia los dos salimos aprendiendo algo.
Próximo destino.... Cuando llegue a Delhi espero saberlo.
Un beso a todos.
En el último post acabé anunciando mi próximo destino, Bikaner. Bueno, pues tengo que especificar un poco, pues me dijeron que Bikaner es una ciudad poco interesante y he visitado un pueblo cercano llamdo Deshnok. Parece ser que lo más interesante de Bikaner es su fuerte, y como ya habrés visto en posts anteriores, ya he visitado muchos fuertes en todos los pueblos del Rajasthan, así que el de Bikaner, por ser el último, me lo voy a saltar. Bueno, pues ahí va mi historia en Deshnok.
Llegué con el tren desde Jaisalmer a las 4 de la mañana, una hora tranquila para buscar alojamiento. Ya que no iba a visitar la ciudad decidí alojarme en un hotel cercano a la estación de trenes, lo que me facilitaría las cosas para marcharme ese mismo día por la tarde. Dormí unas horitas, y a media mañana tomé un desyuno y decidí ir a buscar un ticket de tren para la tarde hacia Amritsar. Al llegar a la estación me dijeron que el único tren salía de noche y estaba lleno, así que debía esperar dos días en Bikaner para viajar a Amritsar. Como no me gustó la idea de pasar dos días allí, ya que tenia bajas expectativas sobre la ciudad, pregunté hacia donde podía partir ese mismo día. Entre todos los destinos el que me pareció más inteligente fue Delhi, bueno inteligente o.... no se, mi intuición me hizo decidirme, aunque no con muchas ganas de quedarme en la ciudad. Delhi se encuentra en el centro de muchos lugares que podría visitar, así que ya pensaré donde quiero ir en mis 12 horas de tren. Compré el ticket y fui a buscar el autobús que me llevaría a Deshnok.
Al llegar a Deshnok quedé impresionado. Es un minúsculo pueblo donde no se veían a penas pueblerinos, pero si cientos de turistas indios que se adentraban en una sola calle llena de tenderetes y chiringuitos de venta de artículos religiosos. Todos compraban ofrendas, entre ellas flores, velas, aunque la ofrenda más común eran semillas y cocos. Y os preguntaréis porque venden ofrendas en forma de comida... Porque esta vez los dioses a los que visitaríamos en el templo de Shri Karni Mata, serían unos dioses un tanto especiales. Os explico la história. Según la leyenda, los niños de una de las castas de la religión hindú, al morir se reencanrnan en ratas. Y sí, estos son los dioses que habitan en el templo y a los que muchísima gente hindú viene a adorar. Bienvenidos a Shri Karni Mata, también conocido como el templo de las ratas sagradas.
Después de pasear por la calle de los tenderetes, donde también se ofrece comida, bebida y algunos souvenirs del lugar (peluches de ratitas), llegué a la entrada del templo. Como en todos los templos, existe un lugar donde guardan tus zapatos, ya que en ningún templo hindú está permitido entrar con calzado. Claro, que al ser el único templo de la India habitado por ratas, el momento de dejar los zapatos hace que tu mente imagine lo que encontrarás dentro, ya que las ratas, como todos los animales, no tienen un lugar concreto donde hacer sus necesidades. Bueno, intento quitar todos esos repugnantes pensamientos de mi cabeza y me dirijo a la entrada. Una puerta preciosa, tallada con figuras de algunos dioses y ratas talladas por todas partes. En lo alto de la entrada el tridente de Shiva presidiendo el templo. Mis primeros pasos en el interior fueron de aversión, cientos de ratas arrinconadas en el templo mientras los fieles entreban en decenas a llevar sus ofrendas y rezar tanto a las ratitas como a las estatuas de los dioses. De vez en cuando alguna rata valiente correteaba entre los pies de los turistas, por lo que fui con muchísimo cuidado, ya que pisar una rata podría traerme grandes problemas, recordad que son niños reencarnados. En las esquinas del templo, grandes cuencos de leche alimentan a centenares de estos animalitos, además de todas las semillas que los fieles esparcen por el suelo y los cocos que se ofrecen a estos dioses. En el centro del templo, varios señores se dedican a cortar los cocos y hacer trocitos pequeños para que las ratas puedan comerlos sin problemas.
Caminar por el templo se hace desagradable. Las mayoría de las ratas dan muestra de sus enfermedades a través de problemas en la piel. Además, cada dos pasos encuentras alguna rata que murió y aún no fue retirada del templo. El suelo se pega en los pies a causa de la mezcla de orin y semillas, y el olor es realmente desagradable. Pero resulta interesante ver como los fieles buscan lugares donde encontrar la mayor concentración de ratas en alguna esquina del templo, como rezan ante ellas en silencio, como las tratan como verdaderos dioses.
Otra leyenda cuenta que un antiguo rey fue víctima de una maldición junto a todo su pueblo, y estos fueron convertidos en ratas. Para diferenciar al rey del resto de la población, éste fue convertido en una rata blanca, mientras el resto fueron convertidos en ratas negras. Pues creo que fui afortunado, ya que dicen que esto que voy a contar no pasa cada día. Ví como montones de hindúes corrian y se amontonaban en una esquina en el patio del templo. Al acercarme a curiosear, solo vi un montón de ratas. A los pocos segundos, apareció desde un agujero una rata blanca, por lo que todos los fieles se arrodillaron y empezaron a rezar en voz alta. Claro estaba que nos encontrabamos ante el rey de los dioses rata.
Después de visitar el templo de Deshnok, volví a Bikaner. Ya no me quedaba tiempo para nada más que ir a buscar mis cosas al hotel y dirigirme a las estación de trenes a esperar mi tren de las 17.30h que me llevaría a Delhi. Bueno, quiero contaros algo acerca de mi viaje en el tren, ya que me parece una anecdota divertida. Al entrar en el tren, busqé mi litera, acomodé mi mochila y cogí la guía para decidir cual sería mi destino, pues tenía claro que en Delhi no me quedaría pues no me apetecía una gran ciudad después del ajetreo del Rajasthan, lo que quería era algo tranquilo. Bueno, pues mientras leía la guía, conocí a mis compañeros de litera, tres chicos de la casta del tercer sexo. ¿Que es la casta del tercer sexo? En occidente los llamaríamos gays. En India, se trata de una casta aparte, protegida por los dioses, pero a la vez marginada por la sociedad. Estos chicos se visten de mujer, la mayoría de ellos con Saris, y su única forma de sobrevivir es pedir limosnas, ya que es una casta que tiene prohibido trabajar. También se les utiliza como diversión en bodas y ceremonias importantes, para que bailen y diviertan a los invitados. Su forma de pedir limosna es viajar en trenes, dando palma con la mano para llamar la atención, y amenzando al resto de la población con tocarles si no les dan una moneda. Mucha gente les da dinero, ya que ser tocado por una persona de la casta del tercer sexo es algo de muy mala suerte. Bueno, pues estos chicos estaban viajando conmigo, pero no trabajaban, es decir, que no pedían, parece ser que simplemente se dirigian a algún lugar de la India. Pues al rato de viajar con ellos, uno se me acercó para preguntarme sobre el piercing del labio. Como suelen ser personas marginales, su nivel de inglés era pésimo y me costaba muchísimo antenderle, así que el chico, entre algunas palabras y gestos, me preguntaba si quería tener sexo con él en el baño. No quise reirme para no faltarle al respeto, no me enfadé porque comprendo que entre indios es difícil encontrar algo así y por eso preguntaban a los turistas, pero su proposición me resultó tan directa que no sabía como explicarle que no me gustaban los hombres. Con algo que entendía de inglés y un poquito de paciencia, quise hacerle entender el por que no me iba al baño con él. Al entenderlo lo aceptó y respetó, por lo que tuvimos un viaje agradable con bromas y risas. Esto me hace pensar que en la India cada día se aprende algo. Hablando se entiende la gente, solo se necesita paciencia y ser capaz de ponerte en la piel de otra persona, por desconocido u extraño que te parezca. Y creo que este chico se merecía que alguien le diera una explicación y le tratara como un ser humano más, ya que la discriminación que sufren en su país les hace seres infelices. Supongo que de esta experiencia los dos salimos aprendiendo algo.
Próximo destino.... Cuando llegue a Delhi espero saberlo.
Un beso a todos.
Oh my god!!! Cuantas trufitas... y qué valor! No sé si yo hubiera podido meterme ahí.
ResponderEliminarEstoy deseando que cuentes tu próxima experiencia en Delhi y la impresión del Taj Mahal. Un besazo!
Hola guapetón!!!!!Aquí estamos en Almeria, hemos leido tu post junto a la Pili, la Mari Carmen el Francisco etc etc etc....nos ha gustado mucho tu post contando tu experiencia. La Pili dice que probablemente la rata blanca saliera a verte a tí, por aquello de que eres un ser privilegiado y protegido, piensa que tu forma de relatar este viaje es tan profundo y directo que consigues llevarnos contigo a ver lo que tu ves y sentir lo que tu sientes. Y ahora estoy viendo como te están haciendo la ola, Mª Carmen dice que los tienes embobaos. Yo te digo que tengo muchísimas ganas de verte, que te echo mucho de menos y que cuando vengas te vá a costar separarme de tí, me voy a enganchar a tu cuello y me vas a tener que separar a tortazo limpio. El papa dice que que experiencia tan bonita que estás viviendo, que aunque no te escriba él vá llevando los post cada vez que puede y dice y se le vé en la cara lo orgulloso que está de tí. Muchos besazos y abrazos de todos y para tí
ResponderEliminarQ fuerte!!!! la verdá q suena interesante lo del templo con sus dioses ratitas ;P pero...como dice Laura, creo q tmp me hubiera atrevido a entrar...es uno de los animales que menos soporto!! =( pero en fin, todo sea por la diferente cultura ;) Me parece super correcto la paciencia y conversación, aun entendiendo poco, que tubviste con los tres xikos/xikas del tren, claro está que hablando se entiende la gente ;) con estos pequeños hechos enseñas a mucha gente que lee tu blog y es de agradecer ;)! Estoy ansiosa por que nos cuentes más en tu proximo destino! un besazo fuerte y vuelve pronto!! muaka!!
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