Hola a todos!
He llegado a Kajuraho a las 13h y lo que he sentido es un calor para morirse. He buscado un hotel recomendado en la guía y me he encerrado en la habitación. Me parece que mis últimos días en India van a ser duros. En la habitación aprovecho para leer, escribir en el blog, hacer macramé, tocar la guitarra,... Así que la verdad es que no me aburro nunca, es más podría decir que me falta tiempo para mí, y más cuando viajo acompañado. Estos días solo me están sentando de maravilla.
Kajuraho es el pueblo conocido como el pueblo del Kamasutra, ya que en el se encuentran los conocidos templos de la sexualidad. Pero además de eso es un lugar tranquilo para descansar, o eso parece, ya que hay mucha naturaleza alrededor del pueblo. Pero lo que me he encontrado al salir al anochecer a pasear es el agobio de los vendedores mucho más intenso que en otros lugares. Parece ser que en temporada baja, el índice de vendedores por turista es elevadísimo, así que tienen que pelear con agresividad para conseguir las pocas rupias que el turista quiera gastar. La verdad que se me hizo muy pesado, incluso he llegar a perder la paciencia, cosa que no suele pasarme porque entiendo que es su trabajo y que tienen que ganarse la vida, pero en Kajuraho ha sido exagerado. Además se nota que es un`pueblo dedicado cien por cien al turismo, ya que todos los restaurantes tienen carta occidental y alimentarse a base de pasta y pizza es lo más fácil aquí. Aún y así, resulta bonito pasear por el pueblito y sabiendo seleccionar bien, hay gente muy agradable dispuesta a mantener una bonita conversación contigo.
Pero bueno, mi primer día y medio en Kajuraho fue puro relax. Por la mañana temprano salía a pasear y comer. Cuando el sol apretaba no comía, no salía de la habitación, con el ventilador al máximo dedicaba tiempo para mi. El segundo día que estuve en Kajuraho tuve que ir al hospital, es una experiencia más en India. Parece ser que durmiendo había mordido el piercing que llevo en el labio, me había rajado un poquito y había pillado una infección. Además al morderlo cerré el aro y era imposible sacarlo. En el hospital me atendieron de maravilla, un doctor simpatiquísimo que me atendió al momento. Necesité anestesia local porque el dolor no me dejaba sacar el pendiente, así que me metieron en una especie de consulta, que parecía como en las pelis de miedo, esos hospitales abandonados, sucios, con las herramientas de operar por encima de la mesa. Yo pensé que si la anestesia era total en vez de local me despertaría con algún organo de menos. jajaja. Pero el doctor se portó de manera ejemplar, profesional, cariñoso, muy muy bien, y me quitó el aro sin ningún tipo de dolor, Además hicimos amistad, ya que al verme los tatuajes se interesó por mis aficiones musicales, ya que sus hijos son músicos los dos. Me invitói a cenar a su casa por la tarde para conocer a sus hijos y compartir un rato de música, pero me dió mucha pena no poder asistir, ya que la medicación que me dió parala infección era fortísima y me destrozó el estómago. Me quedé descansando en el hotel y ellos se quedaron esperandome. De todas formas lo ví al dia siguiente, me dio su dirección, teléfono y mail, para que la próxima vez que venga a India pueda ir a visitarles.
El último día en Kajuraho fue un día increíble, mágico. Me desperté pronto para visitar los templos del Kamasutra. Nada ´más entrar encontré a Ainoha, una pamplonica residente en Berlín con la que visitaría todo el recinto de los templos. Estuvimos riendo de las esculturas sexuales, porque la verdad es que parece increíble que una sociedad tan pudorosa com es la Índia de hoy, fuera capaz de grabar en sus templos tales imagenes. Todo tipo de posturas sexuales, parejas, trios, orgías, zoofilia, todo lo imaginable e inimaginable respecto al sexo estaba allí grabado. Aunque no todo era porno duro, también había escenas muy románticas y otras sensuales. Ahí os dejo unas imagenes (no aptas para menores) para que os hagáis una idea.
Después de los templos Ainoha me llevó a conocer un restaurante donde se comía muy bien y barato, y donde había hecho un amigo local que quería presentarme, Khan. Estuvimos comiendo algo, charlando, compartiendo experiencias... Conociéndonos. Fue bonita la coincidencia de saber que habíamos comprado el mismo billete de tren, esta noche partiríamos los dos hacia Varanasi. Yo me fui a descansar al hotel por que mi estómago seguía sufriendo el efecto de los medicamentos, pero antes, Khan nos propuso ir a cenar a su casa porque iba a preparar nada más y nada menos que ¡Tortilla de Patata! Khan es un enamorado de España, su hermano vive en Granollers porque tiene una tienda allí y se casó con una catalana, y Khan ha ido varias veces a verle. Así que estuve viendo sus fotos en Parc Guell, Tossa de Mar, incluso Cadiz y Port Aventura. Además Khan habla muy bien español y está leyendo novelas en nuestro idioma, y cocina a la española de muerte. Sabe hacer patatas bravas, croquetas y lo mejor de todo, la tortilla de patatas, buenísima. Ah! Para las chicas solteras, que sepais que Khan busca una novieta española, así que animaros que es un partidazo.
Después de cenar tomamos un rickshaw a la estación de tren, nuestro tren saldría a las 23.20h. Lo que no sabíamos es que en el viaje d ela noche se agrandaría el grupo, pues nos esperaban Jose de Barcelona e Inés de Madrid para conocernos. Como se dice en Catalunya "Com més serem més riurem" (creo que estoy empezando a echar de menos la tierra, jajaj) así que encantados de conocer a dos personas tan maravillosas y poder compartir el camino entre Kajuraho y Varanasi. Además, parece que cuando uno tiene una necesidad, la vida se la cubre. Yo no quería viajar solo a Varanasi, porque me pone un poco triste saber que es mi ultimo destino en la India. Los tres meses han pasado volando, mi visado está a punto de caducar y tengo que abanonar el país. Pero no antes si disfrutar al máximo mis 5 últimos días en Varanasi con la gran compañía de Ainoha, Jose e Inés.
He llegado a Kajuraho a las 13h y lo que he sentido es un calor para morirse. He buscado un hotel recomendado en la guía y me he encerrado en la habitación. Me parece que mis últimos días en India van a ser duros. En la habitación aprovecho para leer, escribir en el blog, hacer macramé, tocar la guitarra,... Así que la verdad es que no me aburro nunca, es más podría decir que me falta tiempo para mí, y más cuando viajo acompañado. Estos días solo me están sentando de maravilla.
Kajuraho es el pueblo conocido como el pueblo del Kamasutra, ya que en el se encuentran los conocidos templos de la sexualidad. Pero además de eso es un lugar tranquilo para descansar, o eso parece, ya que hay mucha naturaleza alrededor del pueblo. Pero lo que me he encontrado al salir al anochecer a pasear es el agobio de los vendedores mucho más intenso que en otros lugares. Parece ser que en temporada baja, el índice de vendedores por turista es elevadísimo, así que tienen que pelear con agresividad para conseguir las pocas rupias que el turista quiera gastar. La verdad que se me hizo muy pesado, incluso he llegar a perder la paciencia, cosa que no suele pasarme porque entiendo que es su trabajo y que tienen que ganarse la vida, pero en Kajuraho ha sido exagerado. Además se nota que es un`pueblo dedicado cien por cien al turismo, ya que todos los restaurantes tienen carta occidental y alimentarse a base de pasta y pizza es lo más fácil aquí. Aún y así, resulta bonito pasear por el pueblito y sabiendo seleccionar bien, hay gente muy agradable dispuesta a mantener una bonita conversación contigo.
Pero bueno, mi primer día y medio en Kajuraho fue puro relax. Por la mañana temprano salía a pasear y comer. Cuando el sol apretaba no comía, no salía de la habitación, con el ventilador al máximo dedicaba tiempo para mi. El segundo día que estuve en Kajuraho tuve que ir al hospital, es una experiencia más en India. Parece ser que durmiendo había mordido el piercing que llevo en el labio, me había rajado un poquito y había pillado una infección. Además al morderlo cerré el aro y era imposible sacarlo. En el hospital me atendieron de maravilla, un doctor simpatiquísimo que me atendió al momento. Necesité anestesia local porque el dolor no me dejaba sacar el pendiente, así que me metieron en una especie de consulta, que parecía como en las pelis de miedo, esos hospitales abandonados, sucios, con las herramientas de operar por encima de la mesa. Yo pensé que si la anestesia era total en vez de local me despertaría con algún organo de menos. jajaja. Pero el doctor se portó de manera ejemplar, profesional, cariñoso, muy muy bien, y me quitó el aro sin ningún tipo de dolor, Además hicimos amistad, ya que al verme los tatuajes se interesó por mis aficiones musicales, ya que sus hijos son músicos los dos. Me invitói a cenar a su casa por la tarde para conocer a sus hijos y compartir un rato de música, pero me dió mucha pena no poder asistir, ya que la medicación que me dió parala infección era fortísima y me destrozó el estómago. Me quedé descansando en el hotel y ellos se quedaron esperandome. De todas formas lo ví al dia siguiente, me dio su dirección, teléfono y mail, para que la próxima vez que venga a India pueda ir a visitarles.
El último día en Kajuraho fue un día increíble, mágico. Me desperté pronto para visitar los templos del Kamasutra. Nada ´más entrar encontré a Ainoha, una pamplonica residente en Berlín con la que visitaría todo el recinto de los templos. Estuvimos riendo de las esculturas sexuales, porque la verdad es que parece increíble que una sociedad tan pudorosa com es la Índia de hoy, fuera capaz de grabar en sus templos tales imagenes. Todo tipo de posturas sexuales, parejas, trios, orgías, zoofilia, todo lo imaginable e inimaginable respecto al sexo estaba allí grabado. Aunque no todo era porno duro, también había escenas muy románticas y otras sensuales. Ahí os dejo unas imagenes (no aptas para menores) para que os hagáis una idea.
Después de los templos Ainoha me llevó a conocer un restaurante donde se comía muy bien y barato, y donde había hecho un amigo local que quería presentarme, Khan. Estuvimos comiendo algo, charlando, compartiendo experiencias... Conociéndonos. Fue bonita la coincidencia de saber que habíamos comprado el mismo billete de tren, esta noche partiríamos los dos hacia Varanasi. Yo me fui a descansar al hotel por que mi estómago seguía sufriendo el efecto de los medicamentos, pero antes, Khan nos propuso ir a cenar a su casa porque iba a preparar nada más y nada menos que ¡Tortilla de Patata! Khan es un enamorado de España, su hermano vive en Granollers porque tiene una tienda allí y se casó con una catalana, y Khan ha ido varias veces a verle. Así que estuve viendo sus fotos en Parc Guell, Tossa de Mar, incluso Cadiz y Port Aventura. Además Khan habla muy bien español y está leyendo novelas en nuestro idioma, y cocina a la española de muerte. Sabe hacer patatas bravas, croquetas y lo mejor de todo, la tortilla de patatas, buenísima. Ah! Para las chicas solteras, que sepais que Khan busca una novieta española, así que animaros que es un partidazo.
Después de cenar tomamos un rickshaw a la estación de tren, nuestro tren saldría a las 23.20h. Lo que no sabíamos es que en el viaje d ela noche se agrandaría el grupo, pues nos esperaban Jose de Barcelona e Inés de Madrid para conocernos. Como se dice en Catalunya "Com més serem més riurem" (creo que estoy empezando a echar de menos la tierra, jajaj) así que encantados de conocer a dos personas tan maravillosas y poder compartir el camino entre Kajuraho y Varanasi. Además, parece que cuando uno tiene una necesidad, la vida se la cubre. Yo no quería viajar solo a Varanasi, porque me pone un poco triste saber que es mi ultimo destino en la India. Los tres meses han pasado volando, mi visado está a punto de caducar y tengo que abanonar el país. Pero no antes si disfrutar al máximo mis 5 últimos días en Varanasi con la gran compañía de Ainoha, Jose e Inés.
hermanito... hasta hoy no me he podido poner al dia con tanta actualización de blog. No nos des esos sustos, ehh? Cuídate, anda!
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