domingo, 22 de abril de 2012

Delhi

 
Hola a todos!

No sabeis como me ha costado dejar Rishikesh. Ham sido dias dias tan mágicos, y con gente tan agradable. En India coges cariño a la gente muy rápido, en un día parece que les conoces de toda la vida. Ha sido difícil despedirme del grupo, y de un pueblo tan maravilloso, y aunque parezca mentira, me daba mucha pena dejar el Ganges. Es como que me he unido muchísimo al río, supongo que no todas las relaciones son solo con personas, la naturaleza también te aporta sentimientos increíbles. Mi próximo destino es de ciudad, pero no una ciudad cualquiera, viajo a la gran capital, Delhi. Mi gran suerte es que no voy solo, pues mis amigas Tita y Ana tienen el mismo destino que yo, así que compartiremos unos días juntos.

Os voy a explicar nuestro viaje de Rishikesh a Delhi, porque ha sido de lo más interesante, toda una aventura. Desde Rishikesh tomamos un bus a Haridwar de donde saldría un tren hacia Delhi. Bueno, pues nada más subir al bus vi un señor que viajaba con nostros y llevaba unas pinzas para cargar baterías. Más tarde entendí por que, pues el bus se paró en mitad del camino para alimentarse de la batería de otro bus, lo que hizo que tardaramos 1h en vez de 30 minutos. Así es la India, las cosas funcionan sí o sí, o más bien funcionan como pueden. Al llegar a la estación de Haridwar no dijeron que había dos trenes, uno a las 18h y otro a las 20h, pero no nos querían vender tiquets para el de las 18h, así que compramos el de las 20h para colarnos en el de las 18h, que no queríamos pasar toda la tarde esperando en Haridwar. Al subir al tren de las 18 horas lo entendimos todo. Era un tren privado, con aire acondicionado, supercómodo, más rápido que los trenes públicos, incluía comida y bebida gratis y su precio era de 1.2000 rupias cuando nosotros solo habíamos pagado 60 rupias. Así que solo teníamos que esperar a que viniera el revisor y hacernos los tontos. Le dijimos que en la estación nos habñian dado este tiquet con este horario y que no sabíamos que pasaba. Las opciones eran pagar las 1.200 rupias, pagar una multa de 3.600 rupias, o bajarnos en la próxima estación. Así que decidimos decir al señor que bajaríamos en la siguiente estación y así teníamos tiempo àra pensar que hacer. Cuando el tren paró en la estación nos bajamos para cambiar de vagón, quizás otra revisor sería más compasivo. Cuando corríamos para hacer el cambio no paró el cocinero del tren, que había escuchado nuestro problema, nos metió en la cocina del tren y nos hizo un hueco entre platos y comida. Nos ofreció cena y agua, y nos trató super bien. Nosotros nos ofrecimos para ayudar en la cocina pero no nos dejó hacer nada. Así que viajamos en un tren de lujo, más rápido que nadie, por sólo 60 rupias. Esto es lo que los indios llaman ¡Magic India!
Al llegar a Delhi, cenamos algo, buscamos un albergue y fuimos a dormir. Nos esperaban dos días intensos, ya que nuestro viaje ala capital era por tema de negocios. Tanto las chicas como yo queríamos encontrar buenos productos para vender en España. Los hoteles en Delhi son de lo más caro de la India, así que decidimos compartir una cama grande entre los tres para que saliera más barato. Al final ha sido mñas incómodo de lo que esperabamos, porque en estas fechas en Delhi hace un calor horrible. Entre eso y los mosquitos, estaba complicado pegar ojo.

Por la mañana empezamos las visitas a los bazares para buscar cosas que poder comprar. Primero estuvimos en un mercado subterráneo gigante, pero todo lo que vendían era moderno y occidental. El único que compró algo fui yo, que conseguí unas gafas Rayban por 1€, así que quizás vuelva ciego a España. Después fuimos a un mercado Rjasthaní, pero resultó ser pequeño, con poca variedad y con precios abusivos. Las chicas estaban buscando faldas del Rajasthan, pero como no les convencía el mercado decidieron que irían a Jaipur, porque donde mejor para comprar cosas Rajasthaníes que en el propio Rajasthan. A la tercera va la vencida, pues en el tercer mercado que visitamos encontramos cosas interesantes. Visitamos el Tibetan Market, un mercado de unas 15 o 20 tiendas cargadas de joyería tibetana y empaquetada en grandes cantidades para la exportación. Pasamos toda la mañanana, viendo todo tipo de collares, pendientes, pulseras, anillos... Una marvilla. Pero antes de hacer las compras teníamos que comparar, así que cogimos un Rickhaw y fuimos al mercado principal, cerca de la estación de trenes de Nueva Delhi. Este mercado esra enorme, con tiendas de ropa, de joyas, de artesanías,... Todo lo que podáis imaginar, productos de cualquier parte de la India. Así que ya nos tocaba decidir, qué comprariamos en el mercado tibetano y qué compraríamos en el mercado principal. Sin darnos cuenta se nos había hecho de noche, estabamos agotados, y después de cenar volvimos al hotel par descansar. Antes, eso sí, debíamos seguir practicando macramé, para aprender lo antes posible. Cuanto antes aprendamos antes montamos negocio de joyas hechas por nosotros mismos.

Al día siguiente fuimos a hacer las compras. Perdimos toda la mañana en ello. Además buscamos una tienda donde vendían todo tipo de materiales para el macramé. e hicimos buenas compras de hilos y piececillas de bronze para decorar. Ahora solo necesitabamos práctica y mucha imaginación. Al mediodía fuimos a descargar todas las compras al hotel, y fuimos a comer a un restaiurante cercano. Al salir de comer... !Sorpresa! Estaba cayendo una tormenta increíble. Es la primera vez que veo llover en India después de 3 meses viajando. No nos quedaba otra que ir al hotel y pasar la tarde macrameando,

Bueno, después de dos días de negocios, nos tocaba hacer un poco de turismo, Os explico, en Delhi hay dos zonas muy diferentes, Nueva Delhi es así como más moderna, occidental, pija, con tiendas de marcas y centros comerciales por todos sitios, restaurantes bonitos y muchísimos cines y centros de ocio.Esta parte no nos interesaba nada. Por otro lado esta Vieja Delhi, la verdadera ciudad india, caótica, súcia, desordenada, pero con ese encanrto que tienen los lugares indios y que tanto nos gusta a los viajeros. Así que nuestro primer destino fue Vieja Delhi.

Tomamos un rickshaw hacía el fuerte rojo. Al llegar a la entrada, que por cierto es impresionante por su tamaño y color, como su propio nombre indica, es rojo, decidimos no visitarlo por dentro. En Rajasthán habíamos visitado muchos fuertes y aún nos quedaba el de Agra, que los viajeron recomendaban como mejor que el de Delhi. Así que depués de hacer unas fotos en la entrada fuimos caminando a Jama Masjid, la mezquita más grande de toda la India. A los pies de la mezquita encontramos un enorme mercado musulmán, donde estuvimos probando comida callejera. La mezquita es preciosa, la pena es que no os puedo enseñar imágenes de su interior porque me pedían bastante dinero por la camara, pero si os dejo una foto de la puerta para que os hagais una idea. Ya por la tarde, tuvimos que tomar una decisión, pues no nos quedamaba mucho tiempo, no queríamos pasar más días en la estresante Delhi, y nos quedaban 3 cosas importantes por ver: Qitub Minar que es una gran torre musulmana, Lotus Temple que es un moderno templo con forma de flor de loto o Humayun's Tomb que es la tumba de un rey arabe. Así que por recomendación decidimos ir a ver la tumba y creemos que fue la mejor decisión. Se trata de un enorme mausoleo, de color rojizo, tipo Taj Mahal pero más pequeño y con materiales de peor calidad. Pero el lugar es precioso e impresiona mucho como hacían las tumbas de los reyes en la antiguedad.

Bueno, pues esto es todo lo que tengo que contar de Delhi. Reconozco que he dedicado muy poco tiempo a una ciudad que merece ser vista con detenimiento, pero el tiempo empieza a apretar y hay cosas más interesantes que me apetece ver. Así que me queda una visita pendiente para mi próximo viaje a India.










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