Buenos días!
Son las 4h de la
mañana, casi no he pegado ojo en toda la noche, pues el frío no me dejaba
dormir. Cuando he conseguido calentar un trocito de la cama, mi mala costumbre
de moverme durmiendo me despertaba al tocar una zona de la cama sin calentar.
La mejor manera de entrar en calor es andar, así que allá voy. Me visto, y voy
al comedor para que me preparen un fuerte desayuno, lo voy a necesitar. A estas
alturas y con el frío que hace supongo que entenderéis que ningún valiente se
atreve a darse una ducha. Hoy yo no pienso ni lavarme la cara, por lo menos por
el momento, cuando salga el sol ya veremos.
Después del desayuno
y de hacer la maleta con toda la ropa que aún después de pasar la noche tendida
por toda la habitación sigue empapada, empiezo a anda a las 5.30h de la mañana.
Es hora de entrar en calor. Al ser el primero en ascender al ABC, descubro que
después de la nevada, el camino ha quedado totalmente cubierto por la nieve.
Así que tendré que hacer uso de la orientación. Ésta me falla y tomo el camino
equivocado. Por no querer retroceder intento cruzar entre la nieve hasta recuperar
el camino correcto. Mal hecho. En mi intento de cruzar caigo en un falso suelo
de nieve, y me hundo por encima de las rodillas. Mi palo de caminar se ha
doblado en forma de L. Estoy enterrado, no se que hacer. Por suerte hay una
gran roca cerca. Me arrastro por la nieve hasta alcanzarla, y consigo apoyarme
en ella para salir del pozo. Enderezo como puedo el palo, pero a partir de
ahora tendré que apoyarme con cuidado, pues el metal del palo se ha debilitado.
Una vez recuperado el
camino correcto sigo con la ascención. Tengo que ir clavando las botas en la
nieve para no resvalar en las inclinadas pendientes. Después de unos treinta
minutos el sol empieza a salir. Es un gran alivio para mi, pues se me estña
congelando la cara. Casi no me siento la nariz. Además el sol empieza a brillar
en los picos más altos, empezando por el Machhapuchhre y siguiendo más tarde
por los Annapurnas. Ver los picos deslumbrando sobre el color blanco de sus
nieves, con los primeros rayos de sol, es algo que no tiene precio. Así que
durante el ascenso paro a hacer fotos. Intento beber agua, pero está helada. El
sol empieza a calentar mi cuerpo, y con la dureza del ascenso empiezo a sudar.
El frío yano es un problema para mi,
Después de dos horas
de dura subida, alcanzo el Annapurna Base Camp. Una gran alegría invade mi
cuerpo, lo he conseguido. Me encuentro rodeado de los gigantes picos de los
Himalaya, el cielo está totalmente despejado y el sol brilla con fuerza. No se
como describir lo que se siente al estar rodeado de las montañas más altas del
mundo, pero se que ha sido maravilloso. Al subir a la zona de refugios me
encuentro a Gibson tomando su desayuno, así que decido tomar mi segundo
desayuno con él, pues la subida me ha dejado hambriento. Es el mejor síntoma
que puedo tener, pues el mal de altura quita el hambre. Estoy a 4.130 metros de
altura, rodeado de montañas de entre 7.000 y 8.000 metros, y mi cuerpo se
siente de maravilla. Pongo mi ropa a secar al sol, y ahora lo que toca es
disfrutar. Gibson y yo nos hacemos fotos haciendo el payaso, mientras visitamos
el campamento base. Entre otras cosas, encontramos un templo budista, donde la
gente que consigue alcanzar el ABC deja sus ofrendas, entre ellas fotos,
banderas, etc... Y al lado del templo, un gigante y profundo acantilado entre
las montañas, el hueco de lo que había sido un inmenso glaciar, a dia de hoy
derretido. Además de Gibson, he conocido a tres chicas en el ABC, dos de ellas
de Asutralia y otra de Finlandia, que habían subido esa misma mañana.
Después de pasar 3
horas de buena compañia, risas, fotos y un buen rato, decido que es hora de
bajar. No quiero volver a pasar otra noche gélida como la pasada. Así que
cuanto más baje, mejor dormiré. Como mínimo quiero llegar a la aldea de Bamboo.
Allí nos vemos. Un beso a todos.
NOTA: Cada
experiencia de éste viaje me ha enseñado algo. Al alcanzar el ABC he aprendido
algo muy importante que me servirá para el futuro y que quiero compartir con
vosotros por si a alguien pudiera servir. Durante el ascenso me he encontrado
con muchas dificultades en las que mi mente me decía "Vuelve, no lo vas a
conseguir". Pero no ha sido mi mente la que me ha hecho llegar hoy aquí,
ha sido mi corazón. La mente está condicionada por nuestro aprendizaje,
experiencias pasadas y presión social. Vivimos en un mundo en el que se nos ha
enseñado a través del miedo. Si en los momentos díficiles somos capaces de
callar a la mente y hacer caso a lo que nos dice el corazón, todo se puede
conseguir, nada será impoible, no habrá límites para nuestros destinos.
Intentadlo amigos, sea cual sea vuestro momento díficil, olvidaos de lo que
habéis aprendido hasta ahora, haced callar esa voz que os dice "Tú no
puedes" y enfrentaos a lo que teneis delante si el corazón os dice que
teneis que llegar a buen puerto. La mente siempre os engañará, os traicionará,
porque por desgracia, nadie es dueño de su mente, pero sí de su corazón. Buena
suerte a todos los que tengáis una montaña que ascender en vuestras vidas, es
decir, ¡buena suerte a todos!
uf!! Increibles vistas, increible experiencia, increible autor e increible valentia ;)! no hay palabras... un besazo Carlos!!!
ResponderEliminarbuahhhhh flipando estoy todo impresionante lo leo y me emociono y las fotos ayudan jajajajaja(con dos cojones charly jajaja)Nos vemos pronto y nos cuentaas jajaja
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