Hola a todos!
Bienvenidos a mi despedida de la India. ¡Y vaya despedida! Quien no ha visitado Varanasi alguna vez no puede decir que ha estado en la India. Para los más sensibles una ciudad dura, para los místicos una ciudad mágica, para los religiosos el reino de la vida y la muerte, para el turista, un sinfín de experiencias que nunca olvidará. Para los que no hayais oído hablar de Varanasi, se trata de una ciudad sagrada a orillas del Ganges, donde los hinduístas vienen a morir, ya que a orillas del río serán purificados y su alma podrá ascender con tranquilidad al cielo. Toda la gran curva del Ganges está rodeada por los Ghats en la orilla izquierda. En la orilla opuesta playas fluviales donde la mayoría no se atreve a acceder por miedo a lo que se puede encontrar. Más adelante entenderéis de lo que hablo.
El Ganges que descubrí en Rishikesh no tiene nadaque ver con el Ganges de Varanasi. Se trata del río más contaminado del mundo. En el se vierten desechos industriales, todos los desechos fecales de la ciudad que alcanza niveles extremos, además de todas las cenizas de las cremaciones de difuntos y algunos cuerpos sin quemar. Aún y así, sigue siendo la Madre Ganga, el río más sagrado de India, por lo que todos los hindúes se bañan en él para alcanzar la purificación del alma a través de sus aguas. Haciendo de tripas corazón yo también he querido bañarme, pero mis compañeros de viaje me han acosejado e incluso medio prohibido hacerlo, pues parece ser que es facil contagiarse de alguna enfermedad. Yo creo que el miedo es la peor enfermedad que tenemos en occidente, pero una vez más se me ha metido en el cuerpo y he decidido no bañarme. Los hindúes hacen las abluciones cada día, y la verdad es que merece la pena verlos chapotear en el agua putrefacta sin que les pase nada. ¿Será el poder de la fe, o sera que estan acostumbrados a la contaminación y las bacterias?
Por la noche se hacen dos pujas (ceremonias religiosas) importantes, donde se cantan mantras y se hacen ofrendas tanto a los dioses como al río. La ceremonia contiene elementos como el fuego, el incienso, el agua, las flores, el humo, frutas. Todo ello acompañado de gongs, campanas, que provocan un estruendo ensordecedor. Aún sin entender lo que está pasando en la ceremonia merece la pena disfrutar de ella por lo menos una de las noches.
Bueno, ya que Varanasi es la ciudad entre la vida y la muerte vamos a hablar un poco de los rituales funerarios de la ciudad. Varanasi es una ciudad de callejuelas estrechas, y entre ellas, cada pocos minutos se ven pasar familiares de difuntos cargando a hombros con una cama hecha de caña de bambú, donde el difunto yace acostado y envuelto de una sabana y algunos adornos religiosos. Los familiares (todos hombres) recorren las callejuelas de la ciudad cantando mantras en voz alta hasta llegar a los crematorios a orillas del Ganges. La verdad es que la primera vez que te pasa un muerto por encima se te encoge el corazón, se te corta la respiración. Luego, cuando ya has visto 50, sigue impactando, pero ya lo tomas con más normalidad. Incluso Ainoha fue atropellada por un muerto sin darse cuenta y menudo susto se llevó. Cuando el muerto llega al crematorio se le baja a orillas del río y se sumerge en el agua sagrada del Ganges para su purificación. Después se le saca y se le lleva a una pira donde la familia ha comprado la leña que ya está preparada para acoger al difunto. Se le coloca entre maderas, y el primogenito enciende el fuego que lo incinerará y liberará su alma. Después da 5 vuetas a la hoguera y todos se sientan a ver como el cuerpo es devorado por las llamas. Las piras son al aire libre, en las orillas del río, así que todo el mundo puede asistir a los rituales de cremación, eso sí con el máximo respeto y sin hacer fotografias. Para la cremación de un cuerpo se necesitan alrededor de 350 kg de madera y 3 horas de incineración. Una vez se acaba de quemar, el alma ya está purificada, así que sus cenizas son arrojadas al Ganges, donde se hará efectiva la liberación del alma. Pero, ¿todo el mundo sigue el mismo proceso? No. Los recien nacidos, las mujeres embarazadas, los que murieron por viruela o picada de serpiente, los babas, se libran de la incinaración ya que se considera que sus almas ya son puras, por lo que sus cuerpos son arrojados al Ganges sin quemar. Se trasladan en barca al centro del río, y atados a una piedra se les deja undir. Antes os decía que poca gente se atreve a cruzar a la otra orilla del rio, pues aquí tenéis el motivo. Nosotros nos acercamos en barca y vimos un cuerpo al que algún perro había sacado del río y yacía tumbado en la orilla, el pleno proceso de putrefacción, esperando a que los cuervos, perros u otros animales terminen el proceso. Para los más pobres, que no disponen de dinero para comprar la madera, hay un crematorio eléctrico comunitário, pero logicamente la purificación no es perfecta. Supongo que también entendéis porque no me dejan bañarme en el río no? Mi unico miedo es encontrarme con alguien o parte de alguien en el agua, pero supongo que tiene que ser mucha mala suerte. En cuanto a los crematorios, es espectacular verlos por la noche. Decenas de hogueras humeando, familiares rodeandolas, cantando mantras, una puerta entre la vida y la muerte que produce extrañas sensaciones y sentimientos en nuestro interior. En cada crematorio hay un fuego eterno, que se trata de una hoguera que fue encendida hace varios miles de años y que nunca se ha apagado. Son cosas únicas que solo puede disfrutarse en una cultura tan antigua como es la india.
Otra de las cosas interesantes en Varanasi son las barquitas. Cientos de botes esperando en la orilla para darte un paseo por el río y enseñarte los diferentes ghats, crematorios y todo lo que uno quiera ver. Nosotros subimos dos veces, la primera después de la salida del sol, donde el agua del Ganges adquiere un color precioso. La segunda vez fue a las 4 de la mañana. ¿Os acordais de Jorge, el músico de Rishikesh? No se si os conté que Jorge toca un instrumento angelical llamado hand. Pues subimos a un bote grande, donde Jorge puso el ambiente musical, comimos frutas que habíamos comprado la noche anterior y fumamos chilum para alcanzar la otal calma de la mente. Ver la salida del sol cuando tu cuerpo y mente están totalmente en paz, con música celestial de fondo, los ghats y sus fieles como paisaje y un bote surcando las tranquilas aguas del Ganges es una experiencia única en el mundo. Nunca he sdabido definir la felicidad, pero supongo que estos momentos de paz deben ser muy parecidos. Después de dejar el bote, un buen desayuno vegetariano, y listos para una buena siesta, ya que el calor empieza a apretar con fuerza y el cansancio del madrugón debe recuperarse.
Varanasi es una ciudad que engancha. Nada que hacer, mucho que ver. Otra de las grandes experiencias ha sido compartir las tardes con dos babas que son dos amores. Al anochecer ibamos a su templo, que es una raíz de un arbol incrustado en las paredes del ghat principal, donde tienen sus fotografías de los dioses, su altar dedicado a Shiva, y un corrillo de fieles que les facilitan todo lo que necesitan. Nosotros les llevabamos afrendas frutales, que después compartiamos en grupo, charlabamos con ellos, sentiamos su energía y disfrutábamos de su sabiduría, todo ello, como no, acompañado del ritual sagrado del chilum. Uno de los babas nos explicó que fuamaba 200 chilum cada día y que su dieta era de 1 comida diaria. Su higiene se basa en 2 baños diarios en el Ganges, uno por la mañana y otro por la noche, y viven meditando casi las 24 horas del día. Se alimentan de las ofrendas de los fieles, y su vida, entregada a dios, se mantiene única y exclusivamente por la fe en su dios, Lord Shiva. Uno de los babas nos enseñó a rezar con el collar de Rudrasha, que es la semilla de Shiva, obtenida de un árbol que crece en los Himalayas. El coller se compone de 108 semillas y se usa a modo de rosario, cada semilla es la repetición de un mantra que suena algo así como Om Nama Shiva (seguro que lo he escrito mal, pero os podeis hacer una idea). Jorge hizo una ofrenda musical con sus instrumentos, cada vez que toca los hands convierte el instante en un momento mágico. Grácias por tu música y compañía Jorge.
Y con estos 5 días disfrutando de una ciudad tan mágica como Varanasi, me despido de la India. Me voy apenado pues me gustaría disfrutar más del país. Cuando pasas aquí 3 meses te das cuenta de que justo acabas de empezar a entender algo, que se te ha abierto una puerta a un nuevo conocimiento, una nueva cultura, una nueva forma de vida. Pero tres meses no es suficiente para decir que uno conoce la India, yo diría que he empezado notar su sabor. Pero como no me gusta que me pongan el caramelo en la boca y me lo quiten justo cuando lo empiezo a disfrutar de verdad, he decidido que volveré en cuanto me dejen volver a entrar con un visado nuevo. Así que mi pena no es tan grande, pues no digo adiós a este increíble país, sino que le digo ¡Hasta pronto amiga India! Además, yo creo que nos pasa a todos los que hemos pisado tierra India, pero me llevo un trocito del país en el corazón. Te echaré de menos. Dhanyavad (Gracias). Mein jaldi Ao (Volveré pronto).
Quiero agradecer los buenos momentos que he compartido con los viajeros en Varanasi. Un fuerte abrazo para Tita, Ana, Jorge, Jose, Ainhoa, Irene y Sarah. Os quiero un montón y os echaré de menos. Que tengáis muy buen viaje allá donde estéis y nunca os desprendáis de lo que aprendisteis en India. Namasté. India is in your heart, you are in me heart. Dhanyavad.
Bienvenidos a mi despedida de la India. ¡Y vaya despedida! Quien no ha visitado Varanasi alguna vez no puede decir que ha estado en la India. Para los más sensibles una ciudad dura, para los místicos una ciudad mágica, para los religiosos el reino de la vida y la muerte, para el turista, un sinfín de experiencias que nunca olvidará. Para los que no hayais oído hablar de Varanasi, se trata de una ciudad sagrada a orillas del Ganges, donde los hinduístas vienen a morir, ya que a orillas del río serán purificados y su alma podrá ascender con tranquilidad al cielo. Toda la gran curva del Ganges está rodeada por los Ghats en la orilla izquierda. En la orilla opuesta playas fluviales donde la mayoría no se atreve a acceder por miedo a lo que se puede encontrar. Más adelante entenderéis de lo que hablo.
El Ganges que descubrí en Rishikesh no tiene nadaque ver con el Ganges de Varanasi. Se trata del río más contaminado del mundo. En el se vierten desechos industriales, todos los desechos fecales de la ciudad que alcanza niveles extremos, además de todas las cenizas de las cremaciones de difuntos y algunos cuerpos sin quemar. Aún y así, sigue siendo la Madre Ganga, el río más sagrado de India, por lo que todos los hindúes se bañan en él para alcanzar la purificación del alma a través de sus aguas. Haciendo de tripas corazón yo también he querido bañarme, pero mis compañeros de viaje me han acosejado e incluso medio prohibido hacerlo, pues parece ser que es facil contagiarse de alguna enfermedad. Yo creo que el miedo es la peor enfermedad que tenemos en occidente, pero una vez más se me ha metido en el cuerpo y he decidido no bañarme. Los hindúes hacen las abluciones cada día, y la verdad es que merece la pena verlos chapotear en el agua putrefacta sin que les pase nada. ¿Será el poder de la fe, o sera que estan acostumbrados a la contaminación y las bacterias?
Por la noche se hacen dos pujas (ceremonias religiosas) importantes, donde se cantan mantras y se hacen ofrendas tanto a los dioses como al río. La ceremonia contiene elementos como el fuego, el incienso, el agua, las flores, el humo, frutas. Todo ello acompañado de gongs, campanas, que provocan un estruendo ensordecedor. Aún sin entender lo que está pasando en la ceremonia merece la pena disfrutar de ella por lo menos una de las noches.
Bueno, ya que Varanasi es la ciudad entre la vida y la muerte vamos a hablar un poco de los rituales funerarios de la ciudad. Varanasi es una ciudad de callejuelas estrechas, y entre ellas, cada pocos minutos se ven pasar familiares de difuntos cargando a hombros con una cama hecha de caña de bambú, donde el difunto yace acostado y envuelto de una sabana y algunos adornos religiosos. Los familiares (todos hombres) recorren las callejuelas de la ciudad cantando mantras en voz alta hasta llegar a los crematorios a orillas del Ganges. La verdad es que la primera vez que te pasa un muerto por encima se te encoge el corazón, se te corta la respiración. Luego, cuando ya has visto 50, sigue impactando, pero ya lo tomas con más normalidad. Incluso Ainoha fue atropellada por un muerto sin darse cuenta y menudo susto se llevó. Cuando el muerto llega al crematorio se le baja a orillas del río y se sumerge en el agua sagrada del Ganges para su purificación. Después se le saca y se le lleva a una pira donde la familia ha comprado la leña que ya está preparada para acoger al difunto. Se le coloca entre maderas, y el primogenito enciende el fuego que lo incinerará y liberará su alma. Después da 5 vuetas a la hoguera y todos se sientan a ver como el cuerpo es devorado por las llamas. Las piras son al aire libre, en las orillas del río, así que todo el mundo puede asistir a los rituales de cremación, eso sí con el máximo respeto y sin hacer fotografias. Para la cremación de un cuerpo se necesitan alrededor de 350 kg de madera y 3 horas de incineración. Una vez se acaba de quemar, el alma ya está purificada, así que sus cenizas son arrojadas al Ganges, donde se hará efectiva la liberación del alma. Pero, ¿todo el mundo sigue el mismo proceso? No. Los recien nacidos, las mujeres embarazadas, los que murieron por viruela o picada de serpiente, los babas, se libran de la incinaración ya que se considera que sus almas ya son puras, por lo que sus cuerpos son arrojados al Ganges sin quemar. Se trasladan en barca al centro del río, y atados a una piedra se les deja undir. Antes os decía que poca gente se atreve a cruzar a la otra orilla del rio, pues aquí tenéis el motivo. Nosotros nos acercamos en barca y vimos un cuerpo al que algún perro había sacado del río y yacía tumbado en la orilla, el pleno proceso de putrefacción, esperando a que los cuervos, perros u otros animales terminen el proceso. Para los más pobres, que no disponen de dinero para comprar la madera, hay un crematorio eléctrico comunitário, pero logicamente la purificación no es perfecta. Supongo que también entendéis porque no me dejan bañarme en el río no? Mi unico miedo es encontrarme con alguien o parte de alguien en el agua, pero supongo que tiene que ser mucha mala suerte. En cuanto a los crematorios, es espectacular verlos por la noche. Decenas de hogueras humeando, familiares rodeandolas, cantando mantras, una puerta entre la vida y la muerte que produce extrañas sensaciones y sentimientos en nuestro interior. En cada crematorio hay un fuego eterno, que se trata de una hoguera que fue encendida hace varios miles de años y que nunca se ha apagado. Son cosas únicas que solo puede disfrutarse en una cultura tan antigua como es la india.
Otra de las cosas interesantes en Varanasi son las barquitas. Cientos de botes esperando en la orilla para darte un paseo por el río y enseñarte los diferentes ghats, crematorios y todo lo que uno quiera ver. Nosotros subimos dos veces, la primera después de la salida del sol, donde el agua del Ganges adquiere un color precioso. La segunda vez fue a las 4 de la mañana. ¿Os acordais de Jorge, el músico de Rishikesh? No se si os conté que Jorge toca un instrumento angelical llamado hand. Pues subimos a un bote grande, donde Jorge puso el ambiente musical, comimos frutas que habíamos comprado la noche anterior y fumamos chilum para alcanzar la otal calma de la mente. Ver la salida del sol cuando tu cuerpo y mente están totalmente en paz, con música celestial de fondo, los ghats y sus fieles como paisaje y un bote surcando las tranquilas aguas del Ganges es una experiencia única en el mundo. Nunca he sdabido definir la felicidad, pero supongo que estos momentos de paz deben ser muy parecidos. Después de dejar el bote, un buen desayuno vegetariano, y listos para una buena siesta, ya que el calor empieza a apretar con fuerza y el cansancio del madrugón debe recuperarse.
Varanasi es una ciudad que engancha. Nada que hacer, mucho que ver. Otra de las grandes experiencias ha sido compartir las tardes con dos babas que son dos amores. Al anochecer ibamos a su templo, que es una raíz de un arbol incrustado en las paredes del ghat principal, donde tienen sus fotografías de los dioses, su altar dedicado a Shiva, y un corrillo de fieles que les facilitan todo lo que necesitan. Nosotros les llevabamos afrendas frutales, que después compartiamos en grupo, charlabamos con ellos, sentiamos su energía y disfrutábamos de su sabiduría, todo ello, como no, acompañado del ritual sagrado del chilum. Uno de los babas nos explicó que fuamaba 200 chilum cada día y que su dieta era de 1 comida diaria. Su higiene se basa en 2 baños diarios en el Ganges, uno por la mañana y otro por la noche, y viven meditando casi las 24 horas del día. Se alimentan de las ofrendas de los fieles, y su vida, entregada a dios, se mantiene única y exclusivamente por la fe en su dios, Lord Shiva. Uno de los babas nos enseñó a rezar con el collar de Rudrasha, que es la semilla de Shiva, obtenida de un árbol que crece en los Himalayas. El coller se compone de 108 semillas y se usa a modo de rosario, cada semilla es la repetición de un mantra que suena algo así como Om Nama Shiva (seguro que lo he escrito mal, pero os podeis hacer una idea). Jorge hizo una ofrenda musical con sus instrumentos, cada vez que toca los hands convierte el instante en un momento mágico. Grácias por tu música y compañía Jorge.
Y con estos 5 días disfrutando de una ciudad tan mágica como Varanasi, me despido de la India. Me voy apenado pues me gustaría disfrutar más del país. Cuando pasas aquí 3 meses te das cuenta de que justo acabas de empezar a entender algo, que se te ha abierto una puerta a un nuevo conocimiento, una nueva cultura, una nueva forma de vida. Pero tres meses no es suficiente para decir que uno conoce la India, yo diría que he empezado notar su sabor. Pero como no me gusta que me pongan el caramelo en la boca y me lo quiten justo cuando lo empiezo a disfrutar de verdad, he decidido que volveré en cuanto me dejen volver a entrar con un visado nuevo. Así que mi pena no es tan grande, pues no digo adiós a este increíble país, sino que le digo ¡Hasta pronto amiga India! Además, yo creo que nos pasa a todos los que hemos pisado tierra India, pero me llevo un trocito del país en el corazón. Te echaré de menos. Dhanyavad (Gracias). Mein jaldi Ao (Volveré pronto).
Quiero agradecer los buenos momentos que he compartido con los viajeros en Varanasi. Un fuerte abrazo para Tita, Ana, Jorge, Jose, Ainhoa, Irene y Sarah. Os quiero un montón y os echaré de menos. Que tengáis muy buen viaje allá donde estéis y nunca os desprendáis de lo que aprendisteis en India. Namasté. India is in your heart, you are in me heart. Dhanyavad.