Hola a todos!
El viaje en tren desde Jodhpur a Jaisalmer ha sido la peor noche que he pasado en la India. Viajar en un tren nocturno con fiebre alta, y con necesidad de ir al baño cada 15 minutos ha sido una sensación muy desagradable que he podido compartir con George, ya que los dos viajabamos enla misma situación. Para colmo, al llegar a la estación de Jaisalmer, nos hemos encontrado con los ganchos de hotel más insistentes de toda la India. Ha sido la primera vez que nos han hecho perder los nervios, las hemos aislado unos minutos para retomar la calma y hemos elegido el taxista que nos ha parecido más honesto. En Jaisalmer hay dos tipos de alojamiento, en el interior del fuerte o en la ciudad baja. Nosotros hemos decidido explorar en el interior del fuerte porque parece un lugar bonito en el que pasar los días en Jaisalmer. Lo malo es que los taxis no pueden entrar en el fuerte, bueno algunos con permiso si, pero son carísimos, asíq ue nuestro taxi nos ha dejado en la puerta del fuerte, y nos ha tocado subir andando con las maletas y con las mínimas fuerzas que nos quedan después de perder toda la hidratación de nuestro cuerpo durante el viaje. Subiendo el fuerte un hombre nos propone visitar su hotel, y nos convence por el precio (130 rupias la habitación). El hotel no está mal y nuestras fuerzas a punto de agotarse, así que decidimos alojarnos en Desert Haveli donde el señor nos había ofrecido. Como podéis imaginar, nos fuimos directamente a dormir. Los siguientes 2 días los he pasado en cama. No he podido comer nada y mi estómago no paraba de expulsar la poca hidratación que quedaba en mi cuerpo. La verdad es que llegué a asustarme, porque ni con la medicina más fuerte era capaz de parar aquello. Así que hablé con el dueño del hotel para que fuera a la farmacia a comprar suero para mi ya que necesitaba rehidratarme y alimentar mi cuerpo de alguna manera. Despiués de 2 días en cama, con un exceso de medicación y todo el suero que mi cuerpo mi permitó, parece que empiezo a mejorar. Uf! Han sido mis peores días en la India.Justo en ese momento llegaron Sarah y Sammy desde Jodhpur, en el mismo estado que George y yo. Los 4 alimentados a base de suero, campartimos medicamentos. La verdad es que dentro de lo malo, compartir la enfermedad con buenos amigos lo hace más llevadero.
Bueno, ahora que George y yo estamos mejor, vamos a explicar la parte buena de nuestra visita a Jaisalmer, ya que considero que es el lugar más auténtico y bonito del Rajasthan. Jaisalmer es una ciudad militar, ya que se encuentra justo en la frontera con Pakistan, país no muy amigable con India. Se trata de una ciudad amarillenta, ya que las casas estan forradas con barro arenoso del desierto, aseddiada por un enorme fuerte en lo alto de una colina, de callejuelas estrechas y desordenadas. ¿Os acordais de la película Aladdin? Pues las mismas vistas de la ciudad. Además, cuando uno mira el paisaje desde lo alto del fuerte, lo único que se ve es la enorme llanura del desierto del Thar, donde los ojos no llegan a alcanzar el infinito horizonte. Es una verdadera preciosidad en medio de la nada.
El tercer día y primero de actividad, salimos a perdernos por las callejuelas, donde cientos de vendedores nos invitaban a visitar sus tiendas, invitandonos a chay, mientras nos mostraban los productos que vendian, entre ellos bisutería rajasthaní, artesanías, ropas y turbantes. Yo aproveché para cambiar mi armario, y compré cómodas y frescas ropas para el resto del viaje. A las 14h un jeep nos esperaba para visitar el desierto, donde pasríamos la noche duermiendo bajo las estrellas. Pero la parte del desierto, al tener su propio encanto, la he dejado para explicar en el siguientre post. No os la perdáis, os va a encantar.
Al día siguiente volvimos del desierto, estuvimos descansando en el hotel ya que el desierto fue agotador y aunque nuestra salud estaba perfecta, nuestras fuerzas no se habían recuperado del todo. Y por la tarde George se despidió de nosotros con destino al Himalaya, celebrando su despedida con una bonita cena en las murallas del fuerte, en un resturante con vistas la ciudad, que por la noche se ilumina con un encanto especial. No sabemos si volveremos a encontarnos en nuestro viaje, pero lo que si nos queda es un montón de momentos disfrutados juntos, miles de bonitos recuerdos, y una bonita amistad que esperamos poder conservar.
Al día siguiente, conocimos a Christine, una señora alemana que decidió dejar su vida occidental para abrir una escuela de buceo en Bali. Ahora se había tomado un descanso en la India y viajaba sola por el Rajasthan. Decidió acompañarnos a pasar el día juntos, y fuimos a visitar la ciudad fuera del fuerte. Nos habían recomendado ver las havelis antiguas. Os explico. Jaisalmer fue un punto muy importante en la ruta comercial de Asia por donde circulaba la seda, la plata, las especias y donde se compraba y se vendía de todo. Así que algunos importantes mercaderes, decidieron instalar aquí sus viviendas, y mandaron construir impresionantes casas de lujo, con fachadas esculpidas al detalle con miles de agujeritos.... no se como explicar la belleza de estos edificios, así que os dejo una foto y lo veis vosotros mismos. El interior no pudimos verlo porque llegamos tarde y ya habían cerrado, pero vimos algunas fotos de como vivian estos señores adinerados y sus familias.
Después de ver las havelis, decidimos buscar un punto de la ciudad con la suficiente altura como para `poder disfrutar de unas buenas vistas del fuerte. Encontramos una escalera que subía una pequeña colina y cual fue nuestra sorpresa cuando de las casas empezaron a salir niños, niños y más niños, as cual de ellos más simpático, bailando, riendo, jugando, y como no, pidiendonos bolígrafos y chocolates. Porque los niños de familias pobres que no son obligados a trabajar, viven felices con su inocencia, y su máxima satisfacción es que alguien les regale un boligrafo con que pintar o un dulce con el que disfrutar un buen bocado. Yo llevaba caramelos y galletas en la mochila, así que empecé a repartir, y los niños nunca se acababan. Cada vez salían más niños de sus casas. Todos querían hacerse fotos posando, bailando, jugando o haciendose pasar por superheroes. La verdad es que ha sido una de las experiencias más bonitas de la India, verse rodeado de tanta inocencia, sonrisas honestas, alegría.... en un barrio tan pobre. Al ver que habíamos hecho buenas migas con los niños, una madre nos invitó a subir a su terrado, para poder hacer fotos de la ciudad desde lo alto y del fuerte en la lejanía. Todo un privilegio poder disfrutar de tan agradables vistas y como no, los niños nos siguieron para seguir jugando y bailando. Sarah y Sammy, al ver que nos dejaron sin existencias, se acercaron a la tienda más cercana para comprar más caramelos y chocolates para todos los niños que se habían quedado sin. Este es uno de esos momentos que te hace pensar en la sociedad en la que vivimos, y en lo extraño que es el mundo. Como puede ser que a tan solo 10.000km de distancia pues recibir la mejor de las sonrisas y agradecimientos de un niño a cambio de un caramelo y en la sociedad occidental te cueste 80 euros un videojuego por el que un niño quizás te de las gracias pero ni sonría al recibirlo. ¿Que esta pasando con nuestra perfecta sociedad? ¿Que estamos haciendo con nuestros niños? ¿Más ricos en dinero y más pobres en felicidad? No entiendo nuestro camino. Ahí os dejo un tema para reflexionar...
De vuelta al fuerte, decidimos buscar un buen restaurante en el que cenar, ya que 3 días antes había sido el cumpleaños de Sarah y no se pudo celebrar por la enfermedad que padecíamos. Así que ella eligió el restaurante, una bonita terraza sobre la muralla del fuerte, en la entrada principal, con bonitas vistas al interior. Y de comer... ¡comida italiana! Que mejor que una buena lasaña para acabar de recuperarnos del todo. Además la buena suerte nos acompañaba, ya que encontramos un simpático e inteligente camarero que se sentó con nosotros para arreglar el mundo a la luz de las velas. Son de esas noches de filosofía, en que la convesración se vuelve cada vez mñas interesante y no puedes detener el reloj. Así que fuimos a dormir tarde, con el estomago lleno, y la mente despejada. Happy Birthday Sarah.
Mi último día en Jasailmer ha sido el día del festival de la diosa Gangur. Se trata de un festival en el que el maharaja viene de Delhi para llevar la diosa Gangur al lago a beber agua, y todos los habitantes de los pueblecitos del desierto acuden para acompañar al maharaja en la procesión, luciendo sus mejores galas con ropas tradicionales del Rajasthan. Cual fue nuestra decepción con nos enteramos que la madre del maharaja había fallecido hacía pocos meses, y éste decidió no venir a celebrar el festival para mantener el luto. Pero como hay tradiciones que no pueden perderse, las mujeres han acudido al fuerte luciendo bonitos saris brillantes, colecciones de las mejores joyas y maquilladas y tatuadas con henna al puro estilo rajasthaní, para rezar a la diosa por la buena salud de sus maridos. Las chicas solteras acuden para pedir a Gangur que les encuentre un buen esposo que les de la mejor vida posible. El desfile de hermosas mujeres con trajes tradicionales ha sido de los más espectacular, todas ellas sonrientes, y mezclando los colores de sus saris entre la multidud haciendo de ello un íncreible espectaculo de color y alegría. Como dirían mis amigos del hotel This is India, Magic India.
Próximo destino: Bikaner
El viaje en tren desde Jodhpur a Jaisalmer ha sido la peor noche que he pasado en la India. Viajar en un tren nocturno con fiebre alta, y con necesidad de ir al baño cada 15 minutos ha sido una sensación muy desagradable que he podido compartir con George, ya que los dos viajabamos enla misma situación. Para colmo, al llegar a la estación de Jaisalmer, nos hemos encontrado con los ganchos de hotel más insistentes de toda la India. Ha sido la primera vez que nos han hecho perder los nervios, las hemos aislado unos minutos para retomar la calma y hemos elegido el taxista que nos ha parecido más honesto. En Jaisalmer hay dos tipos de alojamiento, en el interior del fuerte o en la ciudad baja. Nosotros hemos decidido explorar en el interior del fuerte porque parece un lugar bonito en el que pasar los días en Jaisalmer. Lo malo es que los taxis no pueden entrar en el fuerte, bueno algunos con permiso si, pero son carísimos, asíq ue nuestro taxi nos ha dejado en la puerta del fuerte, y nos ha tocado subir andando con las maletas y con las mínimas fuerzas que nos quedan después de perder toda la hidratación de nuestro cuerpo durante el viaje. Subiendo el fuerte un hombre nos propone visitar su hotel, y nos convence por el precio (130 rupias la habitación). El hotel no está mal y nuestras fuerzas a punto de agotarse, así que decidimos alojarnos en Desert Haveli donde el señor nos había ofrecido. Como podéis imaginar, nos fuimos directamente a dormir. Los siguientes 2 días los he pasado en cama. No he podido comer nada y mi estómago no paraba de expulsar la poca hidratación que quedaba en mi cuerpo. La verdad es que llegué a asustarme, porque ni con la medicina más fuerte era capaz de parar aquello. Así que hablé con el dueño del hotel para que fuera a la farmacia a comprar suero para mi ya que necesitaba rehidratarme y alimentar mi cuerpo de alguna manera. Despiués de 2 días en cama, con un exceso de medicación y todo el suero que mi cuerpo mi permitó, parece que empiezo a mejorar. Uf! Han sido mis peores días en la India.Justo en ese momento llegaron Sarah y Sammy desde Jodhpur, en el mismo estado que George y yo. Los 4 alimentados a base de suero, campartimos medicamentos. La verdad es que dentro de lo malo, compartir la enfermedad con buenos amigos lo hace más llevadero.
Bueno, ahora que George y yo estamos mejor, vamos a explicar la parte buena de nuestra visita a Jaisalmer, ya que considero que es el lugar más auténtico y bonito del Rajasthan. Jaisalmer es una ciudad militar, ya que se encuentra justo en la frontera con Pakistan, país no muy amigable con India. Se trata de una ciudad amarillenta, ya que las casas estan forradas con barro arenoso del desierto, aseddiada por un enorme fuerte en lo alto de una colina, de callejuelas estrechas y desordenadas. ¿Os acordais de la película Aladdin? Pues las mismas vistas de la ciudad. Además, cuando uno mira el paisaje desde lo alto del fuerte, lo único que se ve es la enorme llanura del desierto del Thar, donde los ojos no llegan a alcanzar el infinito horizonte. Es una verdadera preciosidad en medio de la nada.
El tercer día y primero de actividad, salimos a perdernos por las callejuelas, donde cientos de vendedores nos invitaban a visitar sus tiendas, invitandonos a chay, mientras nos mostraban los productos que vendian, entre ellos bisutería rajasthaní, artesanías, ropas y turbantes. Yo aproveché para cambiar mi armario, y compré cómodas y frescas ropas para el resto del viaje. A las 14h un jeep nos esperaba para visitar el desierto, donde pasríamos la noche duermiendo bajo las estrellas. Pero la parte del desierto, al tener su propio encanto, la he dejado para explicar en el siguientre post. No os la perdáis, os va a encantar.
Al día siguiente volvimos del desierto, estuvimos descansando en el hotel ya que el desierto fue agotador y aunque nuestra salud estaba perfecta, nuestras fuerzas no se habían recuperado del todo. Y por la tarde George se despidió de nosotros con destino al Himalaya, celebrando su despedida con una bonita cena en las murallas del fuerte, en un resturante con vistas la ciudad, que por la noche se ilumina con un encanto especial. No sabemos si volveremos a encontarnos en nuestro viaje, pero lo que si nos queda es un montón de momentos disfrutados juntos, miles de bonitos recuerdos, y una bonita amistad que esperamos poder conservar.
Al día siguiente, conocimos a Christine, una señora alemana que decidió dejar su vida occidental para abrir una escuela de buceo en Bali. Ahora se había tomado un descanso en la India y viajaba sola por el Rajasthan. Decidió acompañarnos a pasar el día juntos, y fuimos a visitar la ciudad fuera del fuerte. Nos habían recomendado ver las havelis antiguas. Os explico. Jaisalmer fue un punto muy importante en la ruta comercial de Asia por donde circulaba la seda, la plata, las especias y donde se compraba y se vendía de todo. Así que algunos importantes mercaderes, decidieron instalar aquí sus viviendas, y mandaron construir impresionantes casas de lujo, con fachadas esculpidas al detalle con miles de agujeritos.... no se como explicar la belleza de estos edificios, así que os dejo una foto y lo veis vosotros mismos. El interior no pudimos verlo porque llegamos tarde y ya habían cerrado, pero vimos algunas fotos de como vivian estos señores adinerados y sus familias.
Después de ver las havelis, decidimos buscar un punto de la ciudad con la suficiente altura como para `poder disfrutar de unas buenas vistas del fuerte. Encontramos una escalera que subía una pequeña colina y cual fue nuestra sorpresa cuando de las casas empezaron a salir niños, niños y más niños, as cual de ellos más simpático, bailando, riendo, jugando, y como no, pidiendonos bolígrafos y chocolates. Porque los niños de familias pobres que no son obligados a trabajar, viven felices con su inocencia, y su máxima satisfacción es que alguien les regale un boligrafo con que pintar o un dulce con el que disfrutar un buen bocado. Yo llevaba caramelos y galletas en la mochila, así que empecé a repartir, y los niños nunca se acababan. Cada vez salían más niños de sus casas. Todos querían hacerse fotos posando, bailando, jugando o haciendose pasar por superheroes. La verdad es que ha sido una de las experiencias más bonitas de la India, verse rodeado de tanta inocencia, sonrisas honestas, alegría.... en un barrio tan pobre. Al ver que habíamos hecho buenas migas con los niños, una madre nos invitó a subir a su terrado, para poder hacer fotos de la ciudad desde lo alto y del fuerte en la lejanía. Todo un privilegio poder disfrutar de tan agradables vistas y como no, los niños nos siguieron para seguir jugando y bailando. Sarah y Sammy, al ver que nos dejaron sin existencias, se acercaron a la tienda más cercana para comprar más caramelos y chocolates para todos los niños que se habían quedado sin. Este es uno de esos momentos que te hace pensar en la sociedad en la que vivimos, y en lo extraño que es el mundo. Como puede ser que a tan solo 10.000km de distancia pues recibir la mejor de las sonrisas y agradecimientos de un niño a cambio de un caramelo y en la sociedad occidental te cueste 80 euros un videojuego por el que un niño quizás te de las gracias pero ni sonría al recibirlo. ¿Que esta pasando con nuestra perfecta sociedad? ¿Que estamos haciendo con nuestros niños? ¿Más ricos en dinero y más pobres en felicidad? No entiendo nuestro camino. Ahí os dejo un tema para reflexionar...
De vuelta al fuerte, decidimos buscar un buen restaurante en el que cenar, ya que 3 días antes había sido el cumpleaños de Sarah y no se pudo celebrar por la enfermedad que padecíamos. Así que ella eligió el restaurante, una bonita terraza sobre la muralla del fuerte, en la entrada principal, con bonitas vistas al interior. Y de comer... ¡comida italiana! Que mejor que una buena lasaña para acabar de recuperarnos del todo. Además la buena suerte nos acompañaba, ya que encontramos un simpático e inteligente camarero que se sentó con nosotros para arreglar el mundo a la luz de las velas. Son de esas noches de filosofía, en que la convesración se vuelve cada vez mñas interesante y no puedes detener el reloj. Así que fuimos a dormir tarde, con el estomago lleno, y la mente despejada. Happy Birthday Sarah.
Mi último día en Jasailmer ha sido el día del festival de la diosa Gangur. Se trata de un festival en el que el maharaja viene de Delhi para llevar la diosa Gangur al lago a beber agua, y todos los habitantes de los pueblecitos del desierto acuden para acompañar al maharaja en la procesión, luciendo sus mejores galas con ropas tradicionales del Rajasthan. Cual fue nuestra decepción con nos enteramos que la madre del maharaja había fallecido hacía pocos meses, y éste decidió no venir a celebrar el festival para mantener el luto. Pero como hay tradiciones que no pueden perderse, las mujeres han acudido al fuerte luciendo bonitos saris brillantes, colecciones de las mejores joyas y maquilladas y tatuadas con henna al puro estilo rajasthaní, para rezar a la diosa por la buena salud de sus maridos. Las chicas solteras acuden para pedir a Gangur que les encuentre un buen esposo que les de la mejor vida posible. El desfile de hermosas mujeres con trajes tradicionales ha sido de los más espectacular, todas ellas sonrientes, y mezclando los colores de sus saris entre la multidud haciendo de ello un íncreible espectaculo de color y alegría. Como dirían mis amigos del hotel This is India, Magic India.
Próximo destino: Bikaner
Que vestidos mas guapos!!!! parecen actrices sacadas de una pelicula. Y los niños que graciosos todos. Chuli, me gusta...
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