La Mochila Asiática
vuelve a emprender su viaje, con nuevas ilusiones, nuevas experiencias por
vivir, nuevos rincones del mundo por descubrir. Pero este viaje es algo
especial, porque la Mochila Asiática no viaja sola, sino que otra mochila se ha
unido a vivir aventuras. Es cierto que cuando explico mis experiencias y
anecdotas sobre este increíble año de viaje, a casi todo el mundo se le pasa
por la cabeza como sería unirse a la aventura. Incluso muchos llegan a
pronunciar frases como "Si yo pudiera..." o "Un dia de
estos...". Pero yo siempre he creido que quien quiere hacerlo lo hace, y
el que no lo hace sueña con hacerlo, así que todo en sí es algo positivo,
porque soñar es precioso y vivir más bonito aún. Pero entre todas las personas
que podía imaginar caminando a mi lado, mi madre era una de las que menos me lo
esperaba. Y la verdad es que nadie ha confiado en ella hasta última hora. Yo
sabía de sus locas ganas por tener una experiencia mochilera, y más todavía si
es en Asia y a mi lado, pero imaginaba que las ataduras sociales o familiares
la harían acobardarse. Pero ella, valiente y convencida de su decisión, ha
luchado contra todos los que intentaban tirar su ilusión a la basura, se ha
enfrentado a muchos "No eres capaz" y se ha hecho la mochila para
acompañarme durante 15 intensos días en un viaje de locas aventuras.
El destino es la
segunda sorpresa, pues la Mochila Asiática repite país. Los que ya me conozcais
ya sabeis cual fue el país que llenó mi corazón, del que siempre estaré
locamente enamorado, y en el que he pensado siempre aunque haya estado viajando
por otros países. Para mi la India es un amor platónico, al que nunca podre
alcanzar por su complejidad, pero del cual me siento ardientemente enamorado y
en el que pienso cada día si estoy en otros países. Así que esta vez no me lo
he pensado. Mi madre siempre ha soñado con visitar la India, mi amigo Mariano
se encuentra en el país y el 27 de Enero se celebra el Kumbh Mela, el festival
hindú más importante que tiene ocasión cada doce años. Parece que todo indica
que mi destino esta vez es, Incredible India (es el slogan de la publicidad
turística del país).
Así que con las
mochilas preparadas, dos billetes de ida y uno de vuelta, nos despedimos de la
familia para tomar un vuelo a Delhi, haciendo antes una pequeña escala en Doha,
Qatar, donde mi madre, a la que a partir de ahora llamare Maria, tuvo que
aprender a cambiar de avión sin poder hablar ni una sola palabra, pues no tiene
ni idea de ingles y a la vuelta viaja sola haciendo la misma escala en Doha.
Llegamos a Delhi a
las tres de la noche, y como no teníamos ni sueño ni ganas de descansar,
tomamos un rickshaw (tuk tuk) hasta la estación de tren más cercana para viajar
a Jaipur. Delhi es una ciudad grande y fea, así que para quince dias que tiene
Maria, mejor ver cosas bonitas. A Delhi ya volveremos cuando llegue el momento
de comprar. Además Jaipur es una ciudad rajasthaní de la que me quedé con ganas
la última vez, pues muchos viajeros me recomendaron no visitarla. Las dos
impresiones más impactantes de María han sido la contaminación de Delhi al
salir del aeropuerto, en la que cuenta que se quedó sin respiración unos
segundos, y cuando entramos en el tren nocturno hacia Jaipur, ya que había
gente durmiendo por el suelo, y era un tren que venía de un día entero de
viaje, así que podeis imaginar que limpio no estaba. Además, empezamos el
primer viaje con divertidas aventuras. Como a la hora de comprar el tiquet nos
dijeron que no había camas para dormir, nos vendieron uno muy barato en la
clase general. Estoy seguro que si este vagón es lo primero que ve Maria de la
India, hubiera tomado el primer avión de vuelta. Así que decidí que nos
colaríamos en la clase donde hay camas, y nos buscaríamos la vida. Guiados por
un simpatico joven indio, encontramos un vagón con dos camas libres, así que
nos tumbamos a descansar a la espera de que llegara el Titi (revisor de
tiquets) Cuando llegó ya estabamos durmiendo, y nos despertó para hacernos pagar
la diferencia de precio. ¿No era más fácil vendernos un tiquet en taquilla?
Mi sensación al
volver a India fue de tranquilidad, de desahogo, de relax y felicidad. Deseaba
enormemente volver a tener contacto con la población india, recibir su ayuda desinteresada
y escuchar sus locas preguntas, volver a disfrutar de la vida en India. Además
compartía estas experiencias con mi madre, que aprendía como era la sociedad
del país, y comprobaba que todo lo que le había contado durante mi viaje en
solitario era cierto. Poco a poco se adaptaba al nuevo mundo en el que acababa
de entrar.
Una horas después del amanecer llegabamos a Jaipur. Puedo recordar a mi madre con la camara en la mano, haciendo fotos a todo aquello que se movia, y a lo que no también. Estuvo a punto de ser atropellada por varios rickshaws, pero estoy seguro que hubiera forografiado la matricula. Como estaba en su estado de shock de recién llegada la dejé que disfrutara mientras ibamos de camino a encontrar un rickshaw que nos acercara a la zona de hoteles. El primer hotel que visitamos nos pareció bueno, así que decidimos instalarnos allí. Y una vez descargamos las mochilas era hora de visitar la ciudad, pero para que Maria se fuese adaptando al tráfico, al ruido, a los animales, a la superpoblación, lo haríamos a pie. Lo que no sabía es que María se adaptaría tan bien a una ciudad tan loca como Jaipur. Si yo hubiera hecho todas las fotos que ella hacía mientras caminabamos hubiera acabado atropellado por una vaca. Jaipur es una lugar bullicioso, ruidoso, sucio, superpoblado, una verdadera locura, pero a la vez muy divertido.
Nos dirijimos al
centro en busca de la ciudad rosa. Después de cerca de una hora andando entre
un trafico caotico nos dimos cuenta que estabamos en una de las entradas de la
ciudad antigua, pues frente a nosotros se presentaba una solida fortificación
de color salmón, con fromas y dibujos al más puro estilo rajasthaní y una gran
puerta donde circulaban todo tipo de vehículos, personas y animales entrando y
saliendo de la ciudad. Una vez .dentro nos encontramos con un gran mercado en el
que curiosear. Callejeando y visitando tiendas fuimos conociendo los productos
típicos de la ciudad, así como sus precios y la forma de negociar. Entre tienda
y tienda llegó la hora de comer, así que entramos en un restaurante puramente
indio vegetariano donde degustaríamos nuestra primera comida india. Como no
podía ser de otra manera, invité a Maria a probar un delicioso thali, pues es
la comida más característica de la India. Para ser la primera vez se atrevió a
comer con las manos, eso sí, la dosis de picante fue superior a sus ganas de
comer, y con la boca en llamas dejó hueco para la cena.
Después de comer nos
entró la morriña de los días dias que llevabamos casi sin dormir, así que decidimos
darle un poco de vidilla al asunto, y andamos dirección al centro
arquitectónico de la ciudad rosa. Nuestra intención era ver el palacio de la
ciudad, el palacio de los vientos y el observatorio astrológico, pero de
repente, y como suele pasar en India, todo dió un vuelco inesperado. Un
simpático florero nos regaló flores para darnos la bienvenida al país, nos
invitó a tomar chai (té indio) y nos dió conversación, risas y cachondeo
durante un buen rato. Después, un amable chico que tanbién se interesó por
nuestra visita a su país, nos aconsejó una ruta un poco menos turística. ¿Por
que no? Nos lanzamos a la aventura.
Tras tomar un
rickshaw nos dirigimos al pueblo de los elefantes. Se trata de un pequeño
barrio de la ciudad donde hay un establo donde viven los elefantes que trabajan
llevando turistas al fuerte de Amber. Y por la tarde vienen aquí a descansar y
a comer. Pudimos jugar con ellos, tocarlos, fotografiarlos, y ver como viven en
sus horas libres de trabajo. Después fuimos a visitar a un fabricante de telas,
que nos enseñó su negocio y después tuvimos que tragar con la exposición de
producto, aunque no fue tan pesado pues tenía cosas bonitas. Después, Maria
quiso ver una tienda donde le enseñaran las especias típicas de la India, y nos
mostraron todos los tipos de té y especias que se producen en el país. El
problema de estos lugares es que al final te sientes como un ratoncillo
atrapado frente al acoso del vendedor, pero la infromación que te dan es
interesante. El último punto del día fue el templo de Ganesh, en el que tuvimos
que subir infinitas escaleras antes de llegar al él, situado en la cima de un
monte. El duro ascenso mereció la pena, pues desde arriba se veía toda la
ciudad, y pudimos conversar un poco sobre hinduísmo y el dios Ganesh.
Y por si aún no
habíamos tenido suficiente, volvimos al hotel andando, tras una hora y media de
caminata, descubriendo los lugares más oscuros de Jaipur. Para la cena, un
plato de pakoras (verduras rebozadas con especias) y un arroz con huevo al
curry fue mas que suficiente para dejarnos sonámbulos antes de meternos en
nuestra más que merecida cama. El ruido de Jaipur no cesó en toda la noche,
combinando la bocina del tren con un señor muy trabajador que hacía obras de
albañileria por la noche.
Al día siguiente nos
despertamos como nuevos, y solo nos faltó un desayuno a base de dulces para
recuperar la energía necesaria para pasar el nuevo día. Tomamos un autobús
cerca del hotel que nos llevaría al fuerte de Amber, a unos diez kilómetros a
las afueras de Jaipur. Cuando llegamos al aparcamiento del hotel su imperiosa
elegancia nos dejó impresionados. Un compacto fuerte levantado entre dos altas
montañas hacía de base a una larga muralla que subía y bajaba los montes como
si no hubiera costado construirla. Delante del fuerte un lago por el que subía
una inclinada escalera para el acceso de personas y una gran cuesta para el
acceso de los elefantes. Nosotros decidimos subir a pie, pues a ninguno de los
dos nos gusta el trato laboral que reciben estos simpaticos animalillos.
Una vez arriba
descubrimos la belleza del interior del palacio, sus grandes alcobas, sus
detalladas ventanas esculpidas de mármol, sus minuciosas pinturas en las
puertas de los habitáculos y los preciosos arcos con formas de la antigua
India. Uno puede sentir la grandeza de un Maharaja visitando este enorme
palacio, construido con los mejores materiales y dedicando todo el ingenio para
conseguir el diseño más elegante. Desde sus terrazas, las imponentes vistas del
entorno. Varias montañas amuralladas, el lago del que se proveia de agua el
palacio, los elefantes subiendo a turistas hasta la puerta principal.
Cuando acabamos la
visita y ya estabamos decididos a irnos, un amable señor nos recomendó visitar
el templo principal de la ciudad, dedicado a la hija de un maharaja que rechazó
casarse con ningún pretendiente ya que decía estar casada con el dios Krishna y
bebió veneno sin morir para demostrar su afirmación.
Ya de vuelta a la
ciudad hicimos una última parada en mitad del camino, en un lugar precioso
donde se encuentra el Palacio del Agua, que es un palacio en medio de un lago
al que solo se puede acceder con cona barquita. Disfrutamos de las vistas, y
seguimos nuestra ruta de vuelta a la Ciudad Rosa. Dijimos al conductor del
autobés que nos parase en el Palacio de los vientos, del cual queríamos ver su
imponente fachada. Se le llama el Palacio de los Vientos porque fue diseñado de
forma que el viento entra por las inclinadas ventanas aireando los habitáculos
de forma natural. Después estuvimos visitando las tiendas de la zona y para
terminar con Jaipur visitamos el Templo Principal de la ciudad. Se trata de un
gran espacio justo en frente del Palacio de la Ciudad, para que el maharaja
pueda venir cuando quiera, y donde se estaba realizando una puja (oración), Nos
unimos a la ceremonia para ver como la devoción de los fieles los hace
arrodillarse, tirarse al suelo, realizar ofredas florales o alimentarias,
canticos, musica con panderetas... Todo un espectáculo de religión hindú al que asistimos con muchísimo
respeto y del que pudimos disfrutar desde dentro.
.
Ahora solo nos
quedaba ir a buscar las mochilas y comprar un billete de tren dirección Ajmer.
Otra vez tuvimos que comprar el billete en clase general, pero por mala suerte,
al colarnos en la clase de las camas, esta vez la encontramos llena, así que
decidimos viajar en el suelo, en un hueco entre vagón y vagón. Ahí viajamos
entretenidos pues todo el que pasaba quería hablar con nosotros. Para María era
su primera vez viajando en el suelo de un tren, preguntadle como le fue, yo la
vi muy contenta. Y ahora os dejamos que tenemos un viaje que hacer. Nos vemos
en nuestro próximo destino, Pushkar.
Hola guapeton k siga tua ganas de vivir y experimentar y ademascon tu madre k k seguro k te dara muchissima fuerza y ella podra sentir mas lo k tu estas viviendo
ResponderEliminarUn besazo a los dos muuuuaaaa
Bueno veo que te esta sirbiendo de mucho esta experencia tan deseada
ResponderEliminaryo tambien estoy disfrutando con buestros relatos y fotografias.
Aquí nosotros te echamos mucho de menos sobre todo yo que aunque nos veamos solo los viernes el saber que estas tan lejos hace que me acuerde mucho mas de ti
Se que el llamar por teléfono sale muy caro pero me gustaría que pudieras llamadme aunque solo sea una vez
Bueno Carlos a ti decir te que me alegra que sigas con tu aventura disfrutándola,pero aunque me ponga pesada deberías poner una fecha de retorno definitiva pero bueno tu sabrás hasta donde quieres llegar. Seguir pasándolo bien y volver pronto
Os quiero
Mely
ja ja por fin lo e conseguido llevaba días queriendo mandar un mensaje pero como siempre no sabia hacedlo bien
ResponderEliminarQue rabia,,, me a dicho el Miguel que me has llamado esta mañana,estaba comprando en el mercadona y no lo e oido.
ResponderEliminarBueno e perdido mi oportunidad me a dicho Migel que si fuese ppor ti te quedarias unos dias mas, ni se te ocurra que con dos semanas ya esta bien
Bueno teerminar de pasarlo bien
os quiero
besos
Mely
Hola guapa y guapo
ResponderEliminarMari ya te di de baja a la tarjeta del móvil, cuando tu vengas solo tienes que ir a una tienda de movistar y pedir un duplicado.
El sábado estuve chateando con Carlos bueno supongo que te lo habrá dicho
No habéis escrito nada mas en el bloc claro lo mismo no tenéis tiempo de tanto viaje o a lo mejor soy yo que como soy tan torpe no e sabido mirarlo, pero para eso llega ya mismo el viernes para que sigas contándome tu aventura.
E estado viendo las fotos que habéis colgado son muy guapas, tendrás que guardadlas como oro en paño.
Bueno guapa nos vemos el viernes y a ti Carlos espero verte pronto que te siga yendo muy bien y que disfrutes todo lo que puedas
Besos a los dos
os quiero
Hola que interesante todo de la india
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