Hoy es mi segundo día en Kathmandú. Mi cuerpo no acaba de recuperarse. Que bonito ha sido subir al Himalaya pero como se paga el no haber ido praparado. De todas formas no pienso quedarme en el hotel, así que vamos a buscar algo light que hacer.
La mañana la paso de tiendas por Thamel. Cuando estuve en Delhi dejé algunas compras pendientes para poder hacerlas aquí. Así que como tengo bastantes días, empiezo inspeccionar que tipo de productos puedo comprar (que tengan salida en España, claro). Cuando tenga decidido qué, ya negociaré los precios. La verdad es que la bisutería del Nepal no es tan extravagante como la India, aun siendo del mismo estilo es mucho más fina. Pero esta vez no tengo la ayuda de mis portuguesas favoritas. Tita, Ana, os echo de menos.
Después de pasar la mañana inspeccionando tiendas, tomo un taxi dirección a Swayambhunath. Sí sí, ¿cuesta leerlo verdad? Pues ahora poneros en mi piel y se lo decís al taxista, a ver si os entiende. Bueno, pues yo lo que hice fue estudiarme el nombre antes de salir. Una vez que me entendió y negociamos el precio del viaje, cruzamos la ciudad, pues al otro lado de Kathmandú me esperaba la colina más alta del valle donde se encontraba la estupa más grande de la ciudad. El taxi me deja al pie de unas interminables escaleras (y yo que quería un plan light), donde me esperan unos simpáticos monitos en busca de algo que comer. Por suerte no llevo nada que les interese, estoy ya cansado de pelear con los monos por mi comida. De subida a la colina encuentro esculturas de dioses hindues, budhas, y cilindros giratorios tipicos de la religion budhista. El cansancio que llevo de la semana anterIor en los Annapurna hace que el ascenso a a colina se me haga internminable. Y una vez en la cima, doble sorpresa. En primer lugar las vistas de la ciudad y de todo el valle de Kathmandú. De fondo, las blancas montañas de los himalayas que sobresalen por encima del skyline de la capital. Un mar de niebla hace borrosa la ciudad, pero no es natural no, la polución puede verse sobrevolando los edificios de Kathmandú. Se dice que la capital de Nepal es la zon más contaminada del país, y por eso es la que menos agarada a los nepalíes. Eso sí, es la ciudad más poblada por ser el lugar donde uno tiene más oportunidades de ganarse la vida.
La segunda sorpresa que encuentro es la estupa de Swayambhunath, la más grande de Kathmandú ciudad. Una blanca estupa budhista en la cima de la colina, con sus banderitas de la suerte de Budha ondeando a los 4 vientos, los penetrantes ojos de Budha en las cuatro paredes superiores de la estupa, y un ambiente de rezo y oración profundos. Jovencisimos monjes budhistas visitando el templo, haciendo girar los cilindros, dando ofrendas a los dioses, acompañados por su guía espiritual.
De vuelta a Thamel me encuentro con mi primera manifestación nepalí. Había oído hablar de revolución, huelgas generales, huelgas de transportes e incluso duras manifestaciones en todo el país, pero por suerte era la primera vez que me cruzaba con una. Os preguntaréis por que tanta manifestación y huelgas... Pues bien, hace 10 años que Nepal cambió la monarquía por una República "Democrática". La relidad del país es que llevan estos 10 años con el mismo presidente de gobierno, el cual no ha cumplido con su obligación de reformar la constitución después de la monarquía, y oprime al pueblo económica y socialmente hablando, lo que hace que Nepal sea un país en la cola de las economías mundiales y con pocas perspectivas de evolución. Pero la situación se agraba aún más por la variedad de étnias y castas con diferentes intereses, que luchan entre ellos por las discrepancias en cuanto a la reforma constitucional. Así que podéis imaginar el caos que se vive en el país. Todos manifestandose contra el gobierno y todos luchando contra todos. Como he dicho antes, el pueblo nepalí es de caracter guerrero, por lo que las manifestaciones no tienen nada que ver a lo que estamos acostumbrados. Autenticas guerrillas a pedradas y palazos, que en mucha ocasiones dificultan la circulación y el tráfico, tanto en la ciudad como en las principales carreteras del país. Las últimas noticias que recibí del Nepal es que el pueblo ha dado un ultimátum al gobierno para la rdacción de la nueva constitución antes de levantarse en armas y provocaruna guerra civil. Por lo que he notado en la población, la gente se teme lo peor, ya que han dejado de confiar en los gobernantes, pero de forma razonal saben que llegar a las armas provocaría una catastrofe en el país. Es una pena que la historia siga repitiendose año tras año en diferentes partes del mundo, ya que el poder y el dinero provocan este tipo de abusos gobernamentales. Aunque mi voz sea insignificativa, quiero dar mi apoyo al pueblo nepalí, ya que nadie en el mundo se merece lo que esta sufriendo el país.
Después de un buen rato en el taxi observando como diferentes grupos etnicos se enfrentaban deteniendo la ciudad, mi llegada a Thamel es para descansar. Una buena cena mexicana, una cervecita con musica en directo y a dormir todo lo que mi cuerpo me pida. A ver si acabo ya con la resaca himalaya, y puedo hacer un día de excursión de verdad.
