miércoles, 28 de marzo de 2012

Desierto del Thar


 Hola a todos!

Como mencioné en el post de Jaisalmer, considero que la excursión al desierto merece su propio post, así que vamos a ello, o como se diria en hindi: Chaló Chaló. Bueno, para los que sabéis un poco más de mis aventuras os acordaréis de que el verano pasado estuve en marruecos y visité el desierto del Sahara. Pues las recomendaciones sobre el desierto del Thar eran que si ya había estado en el Sahara mejor no ir, porque el Thar es un desierto muy pequeño, con dunas minúsculas y me dijeron que me decepcionaría. Al principio me tomé el consejo al pie de la letra y no quise ir, pero con los días, empecé a recordar mi experiencia en el Sahara, el brillo de las estrellas en las noches del desierto y la belleza y diversión de las dunas. Que más da que sea pequeño y másd feo, lo importante del desierto es sentirlo, vivirlo y encima esta vez iriía acompañado por mi buen amigo George. Así que... Chaló Chaló.

A las 14h nos esperaba Muna (el jefe del hotel donde nos alojamos) en la entrada del fuerte conun jeep, su correspondiente conductor y una chica de Corea del Sur de cuyo nombre no conseguí aprender (me permitió que la llamara MG), que también se apuntaba a la experiencia. Cargamos eo jeep con comida, una buena garrafa de agua, y unas galletitas mágicas que compramos llamadas bang cookies. ¿Os acordais del bang lassi? Pues lo mismo pero en galletita. Parece ser que es muy típico en los viajes al desierto y que no puede faltar las galletita del relax.

En primer luigar, y bajo un sol abrasador, nos llevaron a visitar unos monumetos de cremación para las celebraciones fuerarias. La verdad es que no impactan mucho, y además no estaban en fucionamiento en ee momento. Un monumento más. Luego, en el camino paramos para ver un templo jainísta bastante bonito, y algunos pueblitos en mitad de la nada, con casitas hechas de barro y paja. Después de conducir más de mefdia hora por carreteras sin nada alrededor (desierto), 3 enormes camellos nos esperaban al borde de la carretera. Nos despedimos de Muna y el chofer, ya que nuestro camel safari estaba a punto de comenzar. No era mi primera vez en un camello, pero la verdad es que la sensación es la misma. Paz. Los pasos del camello son tranquilos, pero con lo grande que es, a cada paso mueve todo tu cuerpo como si estuvieras en un balancín. Nos fuimos adentrando cada mes más en la nada, hasta que hicimos una parada bajo 3 árboles solitarios par recolectar un poco de madera para el fuego de la noche. Mientras buscabamos ramas secas de algunos pocos arbustos, empezaron a llegar decenas de cabras, que buscaban las flores que caían del árbol para darse una merendola. Me pareció una idea divertida trepar al árbol a reclectar flores para después dar de comer a las cabritas. Al princio George y MG no querían hacerlo porque pensaban que las cabras les morderían... Aishhh! No hay nada más divertido que la gente de ciudad. Luego se animaron y pasamos un rato divertido, porque las cabras nos perseguían, nos empujaban con la cabeza, y chocaban los cuernos entre ellas para pelear por su preciada flor.

Una vez que las cabritas estaban alimentadas y teníamos bastante leña como para cocinar la cena y el desyuno, volvimos a los camellos para ir a una chozita de caña, la que los camelleros llamaban la casa de trabajo. Es donde vivían ellos mientras pasaban la temporada turística en el desierto. Allí, recogimos las mantas que nos protegerían durante la noche. Pues ya lo tenemos todo.Ahora ya sí, entramos en el verdadero desierto. Un mar de dunas doradas, que no deja crecer la vegetación. Otra vez mis ojos disfrutaban de aquella maravilla de la naturaleza. ¿Por que me gustará tanto el desierto? Para mi es un sitio mágico. Soledad, silencio, plena oscuridad en la noche, formas surrealistas durante el día, magnificas puestas de sol, estrellas que solo se pueden ver en un desierto....

Acampamos a la orilla de una duna donde Muna había dejado su jeep. Bajo la sombra de un arbusto, encendimos un fuego, y Muna preparó patatas fritas y Chay para todos. La verdad es que con el calor que hacía lo mejor era relajarse en la arena a la sombre y comer algo. Estuvimos un rato de cachondeo, hasdta que el sol dejó de apretar con tanta fuerza, y George y yo fuimo a hacer el loco a las dunas. Lo bueno de las dunas es que si encuentras una lo suficientemente alta, puedes saltar, volar, hacer volteretas, rodar. La arena de las dunas es muy blandita y al estar en pendiente, las abalanchas hacen que no duela al caer. Así que para que no tengáis que imaginar muho lo que hicimos, os he dejado una composición de los mejores momentos.

 Después, los camelleros nos propusieron hacer carreras antes de la puesta de sol. Cada uno con su camello y camellero, empezamos a galopar por las dunas. Correr con un camello, a parte de doloroso (sobretodo para los hombres) es muy divertido. Después de las carreras, subimos a una duna a ver la puesta de sol. En ese momento apareció un señor con lo mejor que podría ofrecernos, una gran cerveza fria. Si, ya se que un vendedor en el desierto le quita la gracia pero... Ummm que bien nos sentó. Después de 7 días enfermos, nos la merecíamos.

Después de la puesta de sol, Muna preparó un delicioso Thali a la hoguera. Disfrutamos de la comida a oscuras, no hay nada mejor que comer con las manos, bueno sí, comer con las manos cuando nadie te ve. Y después de comer, Muna nos había preparado una bonita sorpresa. Había contratado a una familía gitana para que nos enseñara su música y baile. El padre tocaba una especie de flauta, el hijo una pandereta, la madre cantaba y la hija con deleitaba con un precioso baile. Lo mejor de todo es que nunca llegamos a verles las caras, fue un espectáculo bajo la luz de las estrellas, con lo que las sombras hacían mucho más interesante el concierto, y sobretodo el baile. Imaginaos una danza gitana india pero solamente con la silueta de la sombra. Lo demás, quedaba para la imaginación de cada uno. Eso sí, tanto George como yo coincidimos en que la falta de luz lo hizo mucho más sensual. ¿Será verdad, o será la escasez sexual del viajero? Nunca lo sabremos, pero si podemos decir que fue una noche mágica.

Después del concierto, charlamos un rato en la oscuridad y ahora sí, llegaba el mejor momento. En el desierto, cuando la gente se tumba en la arena, se produce un completo silencio de forma automática. Todo el mundo queda impresionado por la genialidad de las estrellas en el desierto. Os aseguro, para los que nunca hayas estado, que no habéis visto en la vida algo parecido. Parece como esos planetarios en 3D donde crees que puedes tocar las estrellas... Y desde este momento, cada uno deja volar su imaginación (ayudado por las galletitas que ya hacían su efecto), y nadie sabe cuando ni como se ha dormido, hasta que los primeros rallos de luz de la mañana, te despiertan con un relax encantador. Abrir los ojos y encontrarte en medio de la nada, rodeado de hermosas dunas, silencio,...NADA! No hay palabras para explicarlo. Al abrir los ojos vi como el sol empezaba a asomar entre las dunas, Muna preparaba un chay calentito, porriedge, tostadas, mantequilla, mermelada y algunas frutas para acompañar. Delicioso desayuno antes de empezar el día. Como anecdota divertida, es la hora en que todo el mundo recorre las dunas en busca de un poco de intimidad para la visita al baño matutina. Por muy romantico que sea el desierto, todos somos humanos y por la mañana necesitamos descargar. jejeje. Es la primera risa del día que te asegura que tu día va a ser precioso.














Jaisamer

 Hola a todos!

El viaje en tren desde Jodhpur a Jaisalmer ha sido la peor noche que he pasado en la India. Viajar en un tren nocturno con fiebre alta, y con necesidad de ir al baño cada 15 minutos ha sido una sensación muy desagradable que he podido compartir con George, ya que los dos viajabamos enla misma situación. Para colmo, al llegar a la estación de Jaisalmer, nos hemos encontrado con los ganchos de hotel más insistentes de toda la India. Ha sido la primera vez que nos han hecho perder los nervios, las hemos aislado unos minutos para retomar la calma y hemos elegido el taxista que nos ha parecido más honesto. En Jaisalmer hay dos tipos de alojamiento, en el interior del fuerte o en la ciudad baja. Nosotros hemos decidido explorar en el interior del fuerte porque parece un lugar bonito en el que pasar los días en Jaisalmer. Lo malo es que los taxis no pueden entrar en el fuerte, bueno algunos con permiso si, pero son carísimos, asíq ue nuestro taxi nos ha dejado en la puerta del fuerte, y nos ha tocado subir andando con las maletas y con las mínimas fuerzas que nos quedan después de perder toda la hidratación de nuestro cuerpo durante el viaje. Subiendo el fuerte un hombre nos propone visitar su hotel, y nos convence por el precio (130 rupias la habitación). El hotel no está mal y nuestras fuerzas a punto de agotarse, así que decidimos alojarnos en Desert Haveli donde el señor nos había ofrecido. Como podéis imaginar, nos fuimos directamente a dormir. Los siguientes 2 días los he pasado en cama. No he podido comer nada y mi estómago no paraba de expulsar la poca hidratación que quedaba en mi cuerpo. La verdad es que llegué a asustarme, porque ni con la medicina más fuerte era capaz de parar aquello. Así que hablé con el dueño del hotel para que fuera a la farmacia a comprar suero para mi ya que necesitaba rehidratarme y alimentar mi cuerpo de alguna manera. Despiués de 2 días en cama, con un exceso de medicación y todo el suero que mi cuerpo mi permitó, parece que empiezo a mejorar. Uf! Han sido mis peores días en la India.Justo en ese momento llegaron Sarah y Sammy desde Jodhpur, en el mismo estado que George y yo. Los 4 alimentados a base de suero, campartimos medicamentos. La verdad es que dentro de lo malo, compartir la enfermedad con buenos amigos lo hace más llevadero.

Bueno, ahora que George y yo estamos mejor, vamos a explicar la parte buena de nuestra visita a Jaisalmer, ya que considero que es el lugar más auténtico y bonito del Rajasthan. Jaisalmer es una ciudad militar, ya que se encuentra justo en la frontera con Pakistan, país no muy amigable con India. Se trata de una ciudad amarillenta, ya que las casas estan forradas con barro arenoso del desierto, aseddiada por un enorme fuerte en lo alto de una colina, de callejuelas estrechas y desordenadas. ¿Os acordais de la película Aladdin? Pues las mismas vistas de la ciudad. Además, cuando uno mira el paisaje desde lo alto del fuerte, lo único que se ve es la enorme llanura del desierto del Thar, donde los ojos no llegan a alcanzar el infinito horizonte. Es una verdadera preciosidad en medio de la nada.

El tercer día y primero de actividad, salimos a perdernos por las callejuelas, donde cientos de vendedores nos invitaban a visitar sus tiendas, invitandonos a chay, mientras nos mostraban los productos que vendian, entre ellos bisutería rajasthaní, artesanías, ropas y turbantes. Yo aproveché para cambiar mi armario, y compré cómodas y frescas ropas para el resto del viaje. A las 14h un jeep nos esperaba para visitar el desierto, donde pasríamos la noche duermiendo bajo las estrellas. Pero la parte del desierto, al tener su propio encanto, la he dejado para explicar en el siguientre post. No os la perdáis, os va a encantar.

Al día siguiente volvimos del desierto, estuvimos descansando en el hotel ya que el desierto fue agotador y aunque nuestra salud estaba perfecta, nuestras fuerzas no se habían recuperado del todo. Y por la tarde George se despidió de nosotros con destino al Himalaya, celebrando su despedida con una bonita cena en las murallas del fuerte, en un resturante con vistas  la ciudad, que por la noche se ilumina con un encanto especial. No sabemos si volveremos a encontarnos en nuestro viaje, pero lo que si nos queda es un montón de momentos disfrutados juntos, miles de bonitos recuerdos, y una bonita amistad que esperamos poder conservar.

Al día siguiente, conocimos a Christine, una señora alemana que decidió dejar su vida occidental para abrir una escuela de buceo en Bali. Ahora se había tomado un descanso en la India y viajaba sola por el Rajasthan. Decidió acompañarnos a pasar el día juntos, y fuimos a visitar la ciudad fuera del fuerte. Nos habían recomendado ver las havelis antiguas. Os explico. Jaisalmer fue un punto muy importante en la ruta comercial de Asia por donde circulaba la seda, la plata, las especias y donde se compraba y se vendía de todo. Así que algunos importantes mercaderes, decidieron instalar aquí sus viviendas, y mandaron construir impresionantes casas de lujo, con fachadas esculpidas al detalle con miles de agujeritos.... no se como explicar la belleza de estos edificios, así que os dejo una foto y lo veis vosotros mismos. El interior no pudimos verlo porque llegamos tarde y ya habían cerrado, pero vimos algunas fotos de como vivian estos señores adinerados y sus familias.

Después de ver las havelis, decidimos buscar un punto de la ciudad con la suficiente altura como para `poder disfrutar de unas buenas vistas del fuerte. Encontramos una escalera que subía una pequeña colina y cual fue nuestra sorpresa cuando de las casas empezaron a salir niños, niños y más niños, as cual de ellos más simpático, bailando, riendo, jugando, y como no, pidiendonos bolígrafos y chocolates. Porque los niños de familias pobres que no son obligados a trabajar, viven felices con su inocencia, y su máxima satisfacción es que alguien les regale un boligrafo con que pintar o un dulce con el que disfrutar un buen bocado. Yo llevaba caramelos y galletas en la mochila, así que empecé a repartir, y los niños nunca se acababan. Cada vez salían más niños de sus casas. Todos querían hacerse fotos posando, bailando, jugando o haciendose pasar por superheroes. La verdad es que ha sido una de las experiencias más bonitas de la India, verse rodeado de tanta inocencia, sonrisas honestas, alegría.... en un barrio tan pobre. Al ver que habíamos hecho buenas migas con los niños, una madre nos invitó a subir a su terrado, para poder hacer fotos de la ciudad desde lo alto y del fuerte en la lejanía. Todo un privilegio poder disfrutar de tan agradables vistas y como no, los niños nos siguieron para seguir jugando y bailando. Sarah y Sammy, al ver que nos dejaron sin existencias, se acercaron a la tienda más cercana para comprar más caramelos y chocolates para todos los niños que se habían quedado sin. Este es uno de esos momentos que te hace pensar en la sociedad en la que vivimos, y en lo extraño que es el mundo. Como puede ser que a tan solo 10.000km de distancia pues recibir la mejor de las sonrisas y agradecimientos de un niño a cambio de un caramelo y en la sociedad occidental te cueste 80 euros un videojuego por el que un niño quizás te de las gracias pero ni sonría al recibirlo. ¿Que esta pasando con nuestra perfecta sociedad? ¿Que estamos haciendo con nuestros niños? ¿Más ricos en dinero y más pobres en felicidad? No entiendo nuestro camino. Ahí os dejo un tema para reflexionar...

De vuelta al fuerte, decidimos buscar un buen restaurante en el que cenar, ya que 3 días antes había sido el cumpleaños de Sarah y no se pudo celebrar por la enfermedad que padecíamos. Así que ella eligió el restaurante, una bonita terraza sobre la muralla del fuerte, en la entrada principal, con bonitas vistas al interior. Y de comer... ¡comida italiana! Que mejor que una buena lasaña para acabar de recuperarnos del todo. Además la buena suerte nos acompañaba, ya que encontramos un simpático e inteligente camarero que se sentó con nosotros para arreglar el mundo a la luz de las velas. Son de esas noches de filosofía, en que la convesración se vuelve cada vez mñas interesante y no puedes detener el reloj. Así que fuimos a dormir tarde, con el estomago lleno, y la mente despejada. Happy Birthday Sarah.

Mi último día en Jasailmer ha sido el día del festival de la diosa Gangur. Se trata de un festival en el que el maharaja viene de Delhi para llevar la diosa Gangur al lago a beber agua, y todos los habitantes de los pueblecitos del desierto acuden para acompañar al maharaja en la procesión, luciendo sus mejores galas con ropas tradicionales del Rajasthan. Cual fue nuestra decepción con nos enteramos que la madre del maharaja había fallecido hacía pocos meses, y éste decidió no venir a celebrar el festival para mantener el luto. Pero como hay tradiciones que no pueden perderse, las mujeres han acudido al fuerte luciendo bonitos saris brillantes, colecciones de las mejores joyas y maquilladas y tatuadas con henna al puro estilo rajasthaní, para rezar a la diosa por la buena salud de sus maridos. Las chicas solteras acuden para pedir a Gangur que les encuentre un buen esposo que les de la mejor vida posible. El desfile de hermosas mujeres con trajes tradicionales ha sido de los más espectacular, todas ellas sonrientes, y mezclando los colores de sus saris entre la multidud haciendo de ello un íncreible espectaculo de color y alegría. Como dirían mis amigos del hotel This is India, Magic India.

Próximo destino: Bikaner














domingo, 25 de marzo de 2012

Jodhpur

Hola a todos!
Al dejar Udaipur por la mañana, tomé un bus hacia Jodhpur, pero quería hacer un alto en el camino en un pueblito llamado Ranakpur, donde se encuentra el templo jainista más importante de la India. Después de 5 horas de largo viaje, pues empecé a encontrarme mal del estómago, llegué al templo y fue decepcionante, ya que en la guía dice que se puede dormir en el templo y cuando llegué resultó que hacía unos años habían prohibido la estancia a turistas y sólo se permite dormir si eres jainista. Pregunté por algún hotel pero todos eran muy caros, así que disponía de dos horas y media para ver el templo antes de volver a coger un bus hacia Jodhpur.

El templo era precioso, impresionante por su tamaño en el exterior y por su delicadeza en las tallas en el interior. Los jainistas tienen dioses muy diferentes y la forma en que esculpen las esculturas y tallas de sus templos es precioso, todo minúsculo, de color blanco marfil, una maravilla. La pena es que el precio de la camara de fotos era muy elevado para las pocas fotos que podía tomar en el interior, así que sintiendolo mucho la parte del templo os la vais a perder.

Vuelvo a tomar el bus hacia Jodhpur, mi estómago está cada vez peor, no he conseguido comer nada y no paro de vomitar por la ventana del bus. Las 5 horas de viaje se me han hecho eternas. Al llegar a Jodhpur a las 22h, George me espera con una habitación reservada, es la ventaja de hacer amigos en la India, que te ayudan cuando más lo necesitas. No me quedan más energías que para acostarme y dormir, mi cuerpo está KO.

Al despertar por la mañana parece que mi estómago a empeorado, no acepta alimentos ni mucha agua, todo lo rechaza así que mejor será quedarse descansando en el hotel. Por la tarde conseguí dar un corto paseo por el mercado donde un amable señor me explicó cada una de las especias que vendía y sus usos, la más importante de ellas, el preciadisimo azafrán del Rajasthan. Como mi cuerpo está debilitado y necesito un baño lo más cerca posible, vuelvo cuanto antes al hotel para encontrarme con George. En el hotel me informan que ha pasado todo el día encerrado en su habitación, parece ser que no soy el único que padece del estómago. Al ponerme en contacto con Sarah y Sammy, que siguen en Udaipur, me explican que se encuentran en la misma situación. Parece ser que compartimos alguna comida contaminada, así que ahora nos toca compartir las consecuencias.

Al día siguiente, hablando con George, nos vimos con fuerzas para hacer la visita del fuerte de Jodhpur, aunque no nos encontramos del todo bien, no queremos pasar los días encerrados. Las vistas del hotel bajo el fuerte son preciosas pero insuficientes. Con pocas fuerzas y un sol abrasador subimos a visitar el monumento más importante de Jodhpur, uno de los fuertes más bonitos de todo el Rajasthan, el fuerte de Mehrangarh. La verdad es que es un visita que nadie que viaje a la India debería perderse. En la entrada te proporcionan una audioguía que explica en 33 puntos diferentes cada una de las partes del fuerte, así como su história, que es emocionante. Por ejemplo, cuando el maharaja moría, las viudas se suicidaban y grababan las huellas de sus manos en la entrada del fuerte donde todavía se pueden ver. La história de la construcción del fuerte me dejó alucinado. Os hago un resumen. En esta colina vivía un sintecho, que no quería ceder las tierras al Maharaja para la construcción del palacio. Al ser despojado de sus tierras, maldijo al Maharaja y a su fuerte, para que la suerte no les acompañase, y la única forma de romper la maldición era sacrificar la vida de un hombre y enterrarlo junto a los cimientos en la construcción del fuerte. Un valiente hombre se ofreció voluntario para dar su vida para romper la maldición, y fué enterrado en los cimientos del fuerte, donde hay hay una inscripción en recuerdo a su gran valentía. La India es así, un país lleno de increíbles historias.

En el interior del fuerte estuvimos visitando el palacio, donde se guardan antiguas armas, una preciosa colección de pinturas y se mantienen las habitaciónes del maharaja y sus múltiples esposas tal y como eran. La verdad es que poder disfrutar de las historias de la vida del maharaja a través de la audioguia y visualizarlo todo tal y como era, hace retroceder la mente en el tiempo, y vivir aquellos tiempos tan diferentes a los de hoy. Por cierto, actualmente hay un maharaja de Mehrangarh, pero que al ser reducido a la condición de ciudadano, habita en un palacio a las afueras de la ciudad y dedica su riqueza al mantenimiento de su patrimonio, así como a la exposición del mismo, y a obras de caridad y desarrollo de la zona que un día fue la grandeza de sus posesiones.

A las afueras del palacio, se puede recorrer las murallas y sus impresionantes vistas de la ciudad. Jodhpur, al igual que Bundi, también es una ciudad azul y aquí he aprendido el por que algunas ciudades del Rajasthan són de este color. En primer lugar, eran ciudades habitadas por la casta de los Brahamanes, adoradores de Vishnú, el dios de piel azul, y por eso pintaban sus casas de este color. En la actualidad se mantiene el color azul porque parece ser que auyenta a los mosquitos por la noche.

Por la tarde, nos encontramos con Sarah y Sammy, que acaban de llegar de Udaipur, y aunque se encontraban bastante mal, se animaron a pasear por el movido mercado de la ciudad. Pronto tuvimos que ir al hotel, imaginaos 4 personas con necesidad de baño. Así que estuvimos en el terrado, donde hay una zona chill out y aprovechamos para tocar la guitarra, cantar y echar unas risas, todo ellos compartido con Fergus, un chico inglés que conocimos justo en el hotel. Aprovechamos para hacer una reserva de un jeep para el día siguiente que nos llevaría a visitar los pequeños poblados visnuítas.

La última visita de Jodhpur fue la excursión en jeep a los pueblos visnuítas. Os explico un poco sobre esta interesante población. Los visnuitas son los primeros ecologistas de la India, viven en pequeños poblados en medio de la naturaleza, son puramente vegetarianos, rechazan la violencia y protegen y adoran a los arboles y los animales. Como los animales lo saben y se sienten protegidos, viven en paz en las aldeas visnuitas, por lo que en nuestro tour pudimos ver todo tipo de ciervos, zorros, aves y lo más bonito de todo es que no se espantan ni de los humanos ni de los coches. Cuenta la historia más importante de los visnuitas, que hace tiempo el maharaja necesitaba maderas para su fuerte, y mandó talar árboles de la región donde habitaban los visnuítas. Éstos se negaron a la tala y toda la población salió a abrazar los arboles para que no pudieran ser talados. El ejército del maharaja taló los árboles llevandose por delante brazos y cabezas de toda la población, con lo que murieron 363 personas. Al descubrir lo que su ejercito había hecho, el maharaja se arrepintió y para pedir perdón mandó plantar 363 árboles, uno por cada vida que había quitado. Ahora, en este lugar hay un pequeño templo llamado memorial temple, para recordar la tragedia. Es la primera y una vez en el mundo entero, que toda una población da su vida por salvar la de los árboles. Un ejemplo espectacular. A parte de la vida tan bonita que llevan los visnuitas, también estuvimos compartiendo la artesania de estos pueblos con ellos. Nos mostraron como se hacían todo tipo de artesanías al barro, incluso nos dejaron practicar, pero sin ningun tipo de mecánica, todo con las manos. ¿Que como se hace girar el torno? Pues con un palo y mucha fuerza. También vimos artesanía textil con carpetas, todo hecho a mano, y la tradicional ceremonio del opio, ya que los visnuitas tienen prohibido el alcohol, pero en las ceremonias si pueden consumir opio. Nos dejaron probar una muestra para notar el sabor, pero una cantidad mínima para no colocarnos, ya que el opio es una droga algo fuerte. Y después de esta increíble excursión por los pueblos visnuitas, finaliza la visita a Jodhpur. Mi estomago sigue mal, pero voy a intentar viajar a Jaisalmer, el pueblo del desierto. Nos vemos allí.

Un beso a todos!














viernes, 16 de marzo de 2012

Udaipur

 
Hola a todos!

En el bus entre Bundi y Udaipur hemos conocido a Christopher, un chico de Sud Africa, con el que compartiremos nuestra estancia en Udaipur. El bus es de clase sleeper (con cama) pero esta vez la suerte no me acompañó. Me tocó dormir en la última cama, y dado que las carreteras de la India son lo peor, no he pegado ojo en toda la noche. Las últimas plazas son las que más saltan con los baches, las que más barquean en las curvas. Cuando ya por la mañana conseguí dormir, Christopher me despertó comunicando que habíamos llegado. Eran las 7 de la mañana, en Udaipur todos preparaban las tiendas para emepzar un nuevo día. Decidimos andar desde la estación hasta el centro de la ciudad, para explorar por las estrechas callejuelas de Udaipur. En el camino paramos a tomar 3 chays en puestos callejeros, hasta que llegamos al lago Pichola.

El casco antiguo de Udaipur rodea un enorme lago llamado Pichola, governado por un impresionante palacio en lo alto de una colina. Como el pueblo estaba tranquilo y nosotros hambrientos subimos a lo alto de un terrado donde había un restaurante con vistas al lago donde nos sirvieron cafe con leche y tostadas con queso. Disfrutamos de el inicio de la vida de la ciudad desde lo alto, hasta que no animamos a buscar alojamiento. Udaipur es bastante cara, pero a las afueras encontramos un buen hotel por 150 rupias en habitacion doble. ¡Una para cada uno por favor! Durante el día estuve descansando, ya que no había dormido nada, y a la noche decidí encontrarme con Sammy y Sarah, que de nuevo andaban por la misma ruta que yo. La sorpresa fue que las chicas habían organizado una excursión a un lujoso hotel donde se celebraba un concierto de música clasica india, con tabla, sitar y flauta. Además era gratuito porque uno de los músicos era el profesor de las chicas, que se habían animado a hacer clases de flauta travesera india. Nos reunimos con un grupo de 13 personas (todo chicas de diferentes países, ¡iuhu!) y disfrutamos de una relajante velada musical. A la vuelta fuimos a un restaurante y compartimos una cena divertida, acompañada de música. ¿Quien trajo la música? Os explico... Me he comprado un guitarra de segunda mano. Pero no una guitarra normal, sino de esas de niño, pequeñita, para poder cargar con ella todo el viaje. Me ha costado 1.000 rupias con la funda y el afinador. Un precio más que amortizable durante mi viaje. Así que en el restaurante se mezclo en flamenco de mis manos, con el blues de las manos de Christopher, y las voces de George y las chicas. Una noche de lo más divertido. Al terminar la cena, George y yo fuimos al hotel, y en el camino unos perros nos atacaron. No he corrido tanto en mi vida. Por suerte no consiguieron mordernos, pero George perdío sus zapatillas en la carrera y un perro se las comió. Una historia divertida que contar, aunque la verdad es que pasamos mucho miedo.

Al día siguiente nos reunimos con las chicas para ver el palacio de la ciudad. Es una enorme construcción sobre el lago Pichola, donde se pueden ver las armas que se utilizaron durante la epoca de los reyes, la decoración de las habitaciones con incluso armarios y pinturas. Una preciosidad. Salimos ambrientos del palacio y las chicas nos recomendaron un restaurante donde servian el mejor Thali de la India. Un poco incredulos aceptamos y... tenian razón. Bueno y abundante. Riquisimo. Descansamos un poco hasta que el sol aflojara, y a la tarde decidimos ir en busca del teleferico, ya que no es muy conocido y teniamos que explorar. ¿Por que no saldrá esto en las guias? Después de andar 30 minutos lo encontramos. Un pequeño teleferico que subía a lo alto de una montaña a las afueras de la ciudad y que ofrecía las mejores vistas de Udaipur, tanto por la parte del lago como por la parte del núcleo urbano. Si veis las fotos, entenderéis por que Udaipur es la ciudad más romántica del Rajasthan. Como no, os he dedicado una bonita puesta de sol desde las alturas. Cuando el sol se puso, también pudimos disfrutar de la ciudad iluminada a la noche, con los cantos de las mezquitas de fondo rezando el corán a través de los potentes altavoces. A la vuelta cenamos a orillas del lago, bajo la luz de las velas, y nos volvimos a enfrentar a los perros para llegar al hotel.

Al dia siguiente George se despidió de nosotros, se iba a Ranakpur para ver el templo. Yo he retrasado mi partida un día más, porque necesito tiempo para mí. Hoy estoy actualizando el blog, tocando la guitarra, leyendo unos libros que me he comprado sobre hinduísmo e Hindi. A veces, viajar no lo es todo y uno necesita tiempo para digerir.

Y mañana... Ranakpur.

Un beso, Os echo de menos.










Bundi

 
Hola a todos!

En el bus que va de Pushkar a Bundi he conocido a George, un chico de Londres que también viaja solo. Hemos decidido compartir parte del viaje juntos. Al llegar a Bundi buscamos alojamiento, un antiguo hotel cerca de un estanque por 100 rupias cada uno. Él es estudiante de Derecho, así que tiene poco tiempo para disfrutar de la India y está viajando rápido por el Norte, así que supongo que pronto querré descansar en alguna bonita ciudad y el seguirá su camino. De momento, compartiremos Bundi.
 
Bundi es uno de los pueblos más antiguos del Rajasthan. Casi todos sus casas son antiguas Havelis, preciosas casitas tradicionales del desierto, con pinturas en el exterior y curiosa decoración en el interior. Además, el color predominante en todas las casas es el azul, por lo que las vistas aereas del pueblo son preciosas. Es como un mar de cemento azulado, que le da un encanto especial.

En el centro del pueblo hay un mercado semiamurallado, con unas puertas de entrada increíbles, de diseño puramente rajasthaní, y un estanque precioso. También hay algunos templos antiguos para la oración. Lo más famoso de Bundi es el Bang Lassi o Special Lassi. Se tata de un iogurt líquido mezclado con una hierba que posee las mismas cualidades que la marihuana, pero que solo se utiliza para beber. El Bang también se utiliza para elaborar té, y otras bebidas como batidos de frutas. El 80% de la población consume Bang, así que nos aventuramos a disfrutar de un viaje emocional a traves de los efectos de esta droga blanda. Fuimos a un pequeño negocio de bebidas, donde nos ofrecieron dos colchones en el suelo con almohadones para relajarse. Pedimos dos Special Lassi no demasiado fuertes, de lo que después nos arrepentimos, porque el efecto fue muy suave. Nos tumbamos y dejamos volar nuestra mente. La verdad es que es bastante parecido al efecto de los porros. Relajación, el tiempo corre lento, la imaginación cabalga por caminos aereos... Un buen trago para relajarse un par de horas después de un largo viaje. Muchos locales lo útilizan para viajar, porque se sienten más relajados en el autobús. Nosotros lo utilizamos para relajarnos antes de ir a dormir. Pero la verdad es que como pedimos el medio y no hizo mucho efecto, buscaremos otro pueblo donde poder disfrutar de un buen viaje de Bang.

Al día siguiente George madrugó mucho, yo estab cansado así que visitamos el pueblo cada uno por su cuenta. Yo tomé un desayuno fuerte, porque sabía que me esperaba un día duro. Me acerqué a visitar el fuerte y el palacio de Bundi. In-cre-í-ble. Un enorme fuerte en lo alto de la montaña mira al pueblo de Bundi desde la superioridad de los aposentos del Maharaja. Como ya he mencionado, las vistas de Bundi desde las alturas recuerdan a un mar azul de havelis y murallas. El palacio, que fue abandonado por el Maharaja para vivir en una vivienda mejor, conserva las habitaciones con pinturas y oros. Las murallas rodean toda la montaña, y al otro lado se puede ver un enorme lago a las afueras del pueblo. La verdad es que el pueblo da para imaginar la vida antigua de los maharajas en el Rajasthan, y parece que uno retroceda cientos de años al pasado. Una experiencia inolvidable.

Al bajar del palacio y fuerte, conocí un pintor que me ofreció tomar un Chay en su tienda. Su nombre es Yug, y es una persona muy humilde que se dedica a pintar sobre telas de algodón, seda, cartas antiguas de más de 100 años. Y lo vende todo baratísimo. Estuvimos hablando de negocios, ya que pensé que podía ser una buena idea para exportar sus pinturas a España. Habrá que pensar en ello, pero la información ya la tengo. Si alguien está interesado en pinturas del Rajasthan, solo tiene que ponerse en contacto conmigo y le ayudo a elegir.

Al anochecer me reúno con George en un restaurante para cenar algo antes de partir hacia el nuevo destino: Udaipur.












Pushkar

 
Hola a todos y bienvenidos al Norte de India.

El tren entre Mumbai y Jaipur tarda 19 horas. Estoy triste por la despedida de Dhwani. Pero ya sabéis que la suerte siempre me acompaña. Los trenes sleeper suelen tener 6 camas por compartimento. Pues entre otros, he compartido vagón con José (Argentina) y Sirine (París), una pareja encantadora que viajan al Rajasthan. Durante el viaje hemos compartido momentos de charla, cigarrillos a escondidas en la puerta del tren, un par de cervezas y hemos cambiado libros. Me han caído tan bien, que he cambiado mi destino y he bajado 3 horas antes de Jaipur, ya que todo el mundo dice que Jaipur no es muy bonito. Quizás me pierda algo, pero mejor disfrutar de buena compañía ¿no? Además, Sarah y Sammy me esperan en Pushkar, pueblo al que nos dirijimos nada más parar en la estación de Ajmer.

Al llegar a Pushkar buscamos alojamiento. Los albergues más baratos estaban ocupados, y solo había una habitación que cedí a la parejita para alojarme en una furgoneta que me ofrecieron por tan solo 50 rupias. La verdad es que la alquilé por una noche, pero era tan cómoda y barata, que decidí quedarme las 3 noches que pasé en Pushkar. Lo mejor de todo fue que mi albergue era como una comunidad hippie hispanoparlante, e hice amistad con un montón de gente. Había gente de Madrid, Argentina, Francia, La Garrotxa, Tarragona... Y cada uno con su artesanía. En el albergue compartimos aprendizajes, haciamos macramé que después se vende para financiar el viaje, enseñé rumba a un chico que se estaba fabricando su propia mochila. Me ha encantado disfrutar del ambiente de este albergue. Además, allí conocí a Eddie, amigo de Mariano (el chico Argentino que conocí en Mahabalipuram) y me dijo que Mariano llegaría a la mañana siguiente. Es gracioso porque te vas encnontrando con gente que ya conoces a los largo del viaje. También me encontré con unos chicos que conocí en Goa, y estuvimos compartiendo unos buenos momentos.

Pushkar es un pueblito sagrado muy pequeño que rodea un laguito. Al ser un pueblo sagrado está prohibida la carne, el huevo y el alcohol en todo el pueblo, aunque encontramos un bar que servían cerveza ilegal. En este pueblo nació Brahma, el creador del universo, que lanzó una flor de loto y creó el precioso lago. Es el único sitio en la india donde se puede encontrar un temlo de adoración a Brahma, ya que no es un dios al que se le suela rezar, ya que los hinduistas prefieren dioses con funciones más concretas. No se que tiene Pushkar, que engancha. Tiene un encanto especial, al que los espiritualistas llaman energía o powerfull. La verdad es que es un lugar que te hace sentir bien. Alrededor del lago hay templos, casas  y sobretodo milles de tiendas muy baratas para comprar todo tipo de artículos del Rajasthan, desde joyas, piedras, ropa, cogines, babuchas, saris, pasminas,...

Además, Pushkar es el pueblo de los camellos. Se ofrecen paseos en camello por las afueras del pueblo, y en octubre hay una gran fiesta en el pueblo donde los camellos hacen carreras y exibiciones. También hay un templo de los Sijs. Los Sijs es una religión minoritária del Norte de la India, que en su mayoría son adinerados, lucen coloridos turbantes de más de 6 metros perfectamente colocados y grandes bigotes con las puntas hacia arriba. Sus gentes son amables y acogedoras, sonrientes y curiosos por conocer sobre otras culturas. En la visita al templo Sij disfrutamos de la espectacularidad del edificio. Además, si uno acude para comer o dormir, se le ofrece de forma gratuita sin importar la procedencia, religión, raza o clase social. Todo el mundo es bienvenido. Durante la visita asistimos a una especie de misa, donde se rezaba a un gran libro en el que estaban las escrituras sagradas. Se nos permitió seguir la ceremonia como si fueramos Sijs.

Después de tres dias de relax, relacionarme con viajeros de todo el mundo, me despedí de mis nuevos amigos para tomar rumbo a Bundi, un pueblo antiguo que me habian recomendado. Ahora viajo sin guía, hago caso de la gente. Más aventura, Más diversión.

 Mirad que gracioso el cartel que encontre en una tienda










De Vuelta a Mumbai

 
Hola a Todos!

Ya estoy de vuelta en Mumbai. En primer lugar os voy a explicar lo que sentí al volver a pisar la ciudad. Todo lo que en mi primera visita me sorprendía había desaparecido. La ciudad se me hizo cómoda, encantadora, limpia, ordenada... ¿Como puede ser si mi primera vez era todo un desastre? ¿Me estaré convierteindo un poco en Indio? Jajajaja. Creo que llevo tantos días, he visitado tantos lugares tan diferentes, que Mumbai se me antoja comodo y agradable.
 
Dhwani quiso venir a recibirme al aeropuerto, me esperaba en un rickshaw para empezar con una lección de como viajar por la ciudad como un verdadero Mumbaicar. Compramos bonos de transporte y aprendí a utilizarlos. Aprendí a subir a taxis sin ser timado y a espantar a los acosantes vendedores de la ciudad. Dhwani me acompañó al albergue de un amigo suyo, que estudía musica en su misma escuela. Me ofreció una cama limpia en habitación compartida a un precio muy baratito, y nos metimos en una habitación donde él tocaba el Uquelele y ella cantaba, una preciosa audición de música clásica india. Una vez instalado fue hora de pasear.

La verdad es que es muy diferente pasear solo por la ciudad o acompañado de alguien que vive aquí. Dhwani me llevó a explorar los difrentes mercados de comida, de ropa, de joyería,... Me enseñó los difrentes museos de la ciudad, me explicaba el significado de todo, las historias, las leyendas, los mitos... Y lo mejor de toda esta avalancha cultural es que vino acompañada de una fuerte dosis de humor, las risas y alegría han sido contínuas en estos 5 días.

Dhwani me presentó a su familia de forma progresiva. Primero conocí a sus padres en el albergue de vacas. Se trata de un lugar dnde acogen y cuidan cerca de 300 vacas, y por la mañana y por la tarde la gente acude para darles de comer. El padre de dhwani me ofrecía hierbas, masa de cereal y maíz fresco para que las vacas comieran de mi mano. Os recomiendo lo experiencia de sentir la enorme y aspera lengua de la vaca lamiendo toda tu mano. Luego fuimos a ver a las vaquitas jovenes, que viven apartadas. Éstas estaban llenas y no quisieron comer. Cuando todas las vacas habían comido, los padres de Dhwani me llevaron en su bonito coche a un restaurante, a tomar un fuerte merienda a base de dosas y tortillas de cebolla. Después me invitaron a ver su casa y compartir un buen momento conociendolos. Aquí mre presentaron al hermano de Dhwani. La curiosidad por saber de mi vida en España no cesó en los 5 días que les visité, porque cada día al anochecer ibamos a la casa para compartir momentos divertidos. En casa de los Pandya (es el apellido familiar), aprendí a hacer el famoso Chay, ayudé en la elaboración de alguna recetilla e hicimos zumos naturales. También compartimos momentos de música, ya que en India es algo muy importante. Yo toqué la guitarra y una especie de piano de aire, mientras que Dhwani y su padre cantaban. Intentamos fusionar flamenco con clasica india pero no funcionó muy bien, creo que por falta de tiempo. Otra de las cosas divertidas que hicimos fue ver la famosa película (no recuerdo el nombre) de Bollywood que se rodó en España. Está grabada en Hindi, así que Dhwani me fue explicando un poco lo que pasaba. Os la recomiendo, ya que salen paisajes de la Costa Brava como Cadaqués, Empuriabrava, el barrio Gótico de Barcelona, la Tomatina de Bunyol, lo San Fermines de Pamplona, y un tablao flamenco andalúz. Todos estos escenarios combinados con música india y española. Os la recomiendo. Si os da palo ver la peli entera buscad en Youtube la canción de Señorita, os reireis un rato. Bueno, en resumen tengo que decir que los Pandya me han tratado genial, son una familia de lo más agradable. ¡Dhanyavad Pandya Family! I miss you. You can come to Spain whenever you want.

El penúltimo día conocí dos Pandya más, Niha (hermana de Dhwani) y Soham (Hijo de Niha). Niha vino a pasear con Dhwani y conmigo en un parque natural a las afueras de Bombay. Estuvimos visitando unas cuevas budistas excavadas en roca, y una zona con animales tipo bamby, águilas, pavos reales,... Niha es una chica super agradable que me acogió en su casa y me trató como un rey. Me propuso dejar el albergue y dormir en su casa la última noche. Estuvimos jugando con Soham a la guerra de almohadas y al tres en raya, pero siempre me ganaba, es un niño muy inteligente. Y al día siguiente disfruté del Holy con Niha, Soham y Dhwani.

Os voy a hablar un poco del Holy. Es una fiesta que se celebra en toda la India para dar la bienvenida a la primavera. Es una estación muy importante en la India, porque en primavera llegan las lluvias, tan esperadas durante el resto del seco año, que hacen crecer los campos y dan la vida a los habitantes de este precioso país. No hay que olvidar que la Índia vive básicamente de la agricultura, y que la alimentación es principalmente vegetariana. Así que esta festividad se celebra por todo lo alto. La noche anterior al Holy se encienden hogueras, donde la gente reza en círculo y se dan ofrendas al fuego. El fuego respresenta la cremación de las malas energías, y esto viene de una história mitologica demasiado larga para contar aquí. El que esté interesado en saber cosas sobre el Holy que busque en internet, que hay mucha información. Después de la noche de hogueras, la gente se despierta pronto para empezar la batalla de colores. Todo el mundo compra polvos de distintos colores para lanzar sobre los cuerpos de cualquiera que pase por la calle. Digamos que es una Tomatina de color. Pero no solo eso, sinó que la gente va armada con pistolas de agua rellenas con colores, globos rellenos con agua de color, bolsas, cubos... Todo lo que pueda contener o lanzar agua con colores es bienvenido en la fiesta del Holy. Pues yo no iba a ir desarmado, así que Niha me prestó una pistola de agua que compartí con Soham, e inflamos decenas de globos que más tarde tiramos a la cabeza de nuestros vecinos. La verdad es que fue una fiesta divertidisma. Las gente de las casas colgaba mangueras con muchos chorros de agua tipo ducha, y todo el mundo aprovechaba para lavarse un poco mientras bailaban bajo el agua. Altavoces con música a toda pastilla, gente preparando comida en la calle donde todo el mundo es bienvenido. En fin, un día de diversión para reir y jugar como niños.

Después del Holy, que acaba a mediodia, Niha nos llevó al restaurante de su amigo a comer luego nos dimos una ducha. Fuí a casa de los Pandya a despedirme, porque ya acababan mis días en Mumbai. Dhwani me acompañó a la estación de tren, y después de tanto disfrutar llegó el momento de la despedida. Como cuesta desprenderse de alguien que en poco tiempo ha llenado tu corazón por completo. Pero el viaje continúa, y nadie dijo que todo sería bonito. Así que nos tocó asumir el trago con un fuerte abrazo, algunas lagrimitas,... Pero me alegra llorar por despedirme de algo increíblemente bueno. Peor sería no haberlo conocido nunca. Dhwani, you're my little rock and roll queen... Dhanyabad.

Bueno, aquí acaba mi historia en el Sur de la India. Acabo de coger un tren dirección Jaipur para visitar el famoso Rajasthan, tierra de desiertos, camellos, maharajas, turbantes y grandes bigotes. Empiezo esta nueva ruta con la misma ilusión que el primer día, deseando encontrar la belleza de la India en un punto de vista diferente.

Un beso a todos, Os quiero.
Dhanyadab Pandya's

PD: Para que os hagáis una idea de lo diferente que es la vida en India, os he dejado una foto de una hamburguesa del Mc Donalds. En el menú no puede encontrarse nada de ternera, pero si hamburguesas vegetarianas y veganas. ¿Curioso verdad? Un alto porcentaje de la población india no come carne. Los Pandya son veganos, pero tengo que decir que la cocina vegana de la India me encanta.